Introduction: During the SARS-CoV-2 pandemic, elective surgical activity was reduced to a minimum. As both the number of cases and the hospitalization needs for this pathology decreased, we thought it appropriate to progressively recover scheduled surgical activity. This work describes how, even with the current alarm state, we were able to practically normalize this activity in a few weeks.
Methods: Two weeks before the intervention, the patients included in the waiting lists were contacted by telephone. After checking their health status and expressing their desire to undergo surgery, they were provided with recommendations to decrease the risk of coronavirus infection. Likewise, an exclusive circuit was established to carry out, 48 hours before the intervention, the detection of SARS-CoV-2 by means of exudates nasopharyngeal PCR. The results were evaluated by each surgical service and the anesthesiology service. In addition, asymptomatic Surgical Area professionals could undergo weekly screening for the early detection of coronavirus according to the recommendations of Occupational Health.
Results: In the midst of a pandemic, scheduled surgical activity was reduced by 85%. From the week of April 13, the operating rooms available were recovered, which allowed practically all surgical activity to be recovered the week of May 25.
Conclusions: The creation of circuits and procedures to streamline surgical activity, still in full force of the state of alarm, has allowed us, in a few weeks, to recover almost all of it.
Introducción: Durante la pandemia por SARS-CoV-2 la actividad quirúrgica electiva se redujo a su mínima expresión. A medida que disminuyeron tanto el número de casos, como las necesidades de hospitalización para esta patología creímos oportuno proceder a recuperar progresivamente la actividad quirúrgica programada. El presente trabajo describe como, aún con el estado de alarma vigente, pudimos prácticamente normalizar dicha actividad en pocas semanas.
Metodología: Dos semanas antes de la intervención quirúrgica, se contactó telefónicamente con los pacientes incluidos en las listas de espera. Tras comprobar su estado de salud y manifestar su deseo de ser intervenidos quirúrgicamente se les proporcionaron recomendaciones para disminuir el riesgo de infección por coronavirus. Asimismo, se estableció un circuito exclusivo para llevar a cabo, 48 horas antes de la intervención, la detección de SARS-CoV-2 mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de exudado nasofaríngeo. Los resultados fueron valorados por cada servicio quirúrgico y el de anestesiología. Además, los profesionales del Área Quirúrgica asintomáticos podían someterse a un cribado semanal para la detección de coronavirus, según las recomendaciones de Salud Laboral.
Resultados: En plena pandemia, la actividad quirúrgica electiva se redujo un 85%. A partir de la semana del 13 de abril, se fueron recuperando los quirófanos disponibles, lo que permitió recobrar la práctica total de la actividad quirúrgica la semana del 25 de mayo.
Conclusiones: La creación de circuitos y procedimientos para agilizar la actividad quirúrgica, aún en plena vigencia del estado de alarma, nos ha permitido, en pocas semanas, recuperar la práctica total de la misma.
Keywords: COVID-19; Cirugía; SARS-CoV-2; Surgery.
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