El cribado del cáncer de próstata mediante la medida del antígeno específico de la próstata (PSA) ha sido objeto de una intensa polémica. Los beneficios derivados en cuanto a reducción en mortalidad del cribado organizado del cáncer de próstata se han acompañado de un importante sobrediagnóstico, que se ha traducido en tratamientos innecesarios y numerosos efectos adversos. Por ello, las recomendaciones de las sociedades científicas han sido cada vez más restrictivas. En los últimos años se han hecho diversas propuestas para reconsiderar el enfoque sobre el cribado del cáncer de próstata, con objeto de superar la oposición entre cribar a todo el mundo o no cribar a nadie y a reconsiderar el PSA como una herramienta que permita un balance favorable entre beneficios y riesgos. En este contexto, hay que destacar la propuesta que la European Association of Urology dirigía a la Comisión Europea replanteando el cribado del cáncer de próstata en función de la medida de un PSA basal. Recientemente, la Comisión Europea ha recomendado la implementación de programas organizados para el cribado del cáncer de próstata para hombres de hasta 70 años basado en medidas de PSA en combinación con la resonancia magnética como prueba de seguimiento.