Objective: To assess the morbidity profile and identify factors associated with frailty syndrome in post-COVID-19 elderly patients treated at the only Reference Center for Elderly Health Care in northern Minas Gerais.
Methods: This is a case series study, utilizing the Clinical-Functional Vulnerability Index-20 (CFVI-20) and Comprehensive Geriatric Assessment (CGA) to characterize and evaluate the health condition of the group. To define the variables associated with frailty, a multivariate analysis was conducted.
Results: The study included 204 elderly individuals, with a predominance of females (63.7%). The variables associated with frailty were cognitive impairment (OR: 2.95; 95% CI: 1.12-7.80; p=0.029), the presence of five or more comorbidities (OR: 11.55; 95% CI: 2.22-60.01; p=0.004), and impairment in instrumental activities of daily living (OR: 41.97; 95% CI: 5.47-321.93; p<0.001).
Conclusions: The results of this study highlight the need for a well-established and prepared coordination of integrated care to meet the demands of the post-COVID-19 elderly population.
Objetivo:: Evaluar el perfil de morbidez e identificar los factores asociados con el síndrome de fragilidad en ancianos post-COVID-19 atendidos en el único Centro de Referencia en Asistencia a la Salud del Anciano en el norte de Minas Gerais.
Métodos:: Estudio de serie de casos, utilizando el Índice de Vulnerabilidad Clínico-Funcional-20 (IVCF-20) y la Evaluación Geriátrica Ampliada (AGA) para la caracterización y evaluación de la condición de salud del grupo. Para definir las variables asociadas a la fragilidad, se realizó un análisis multivariado.
Resultados:: Participaron en el estudio 204 ancianos, con predomínio del sexo femenino (63,7%). Las variables asociadas a la fragilidad fueron: deterioro cognitivo (OR: 2,95; IC95%: 1,12-7,80; p=0,029), presencia de cinco o más morbilidades (OR: 11,55; IC95%: 2,22-60,01; p=0,004) y deterioro en las actividades instrumentales de la vida diaria (OR: 41,97; IC95%: 5,47-321,93; p<0,001).
Conclusiones:: Los resultados de este estudio resaltan la necesidad de una coordinación del cuidado integrado, bien establecida y preparada para atender las demandas de la población anciana post-COVID-19.