- Actualmente, las ligas deportivas ahora apoyan abiertamente la salud mental, implementando programas específicos.
- Estudios han demostrado que los aficionados tienen una visión positiva de los atletas que hablan sobre sus problemas de salud mental, considerándolos competentes.
- Figuras como Naomi Osaka y Simone Biles han cambiado la conversación sobre la salud mental en el deporte, recibiendo amplio apoyo público.
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El pasado 5 de junio, los Red Sox de Boston colocaron al pitcher de relevo Chris Martin en la lista de lesionados de 15 días. No fue por un dolor en el hombro, un codo rígido o una distensión en la ingle.
Fue por ansiedad.
Históricamente, la lista de lesionados de la MLB se utilizaba para los jugadores con lesiones físicas. Si los beisbolistas perdían tiempo de juego por problemas de salud mental, la explicación que se daba a los medios y al público era a menudo intencionalmente vaga: “razones personales”.
Cuando los jugadores se sinceraron sobre sus problemas, muchos periodistas y aficionados criticaron o cuestionaron estos diagnósticos.
En 2009, The New York Times publicó un artículo en el que citaba a un psiquiatra que dudaba de que un jugador de beisbol profesional pudiera sufrir un trastorno de ansiedad social.
“En el beisbol, la mayoría de las veces no bateas y a veces cometes errores. Aprendes a lidiar con eso”, dijo el psiquiatra al periódico. “Para empezar, una persona con trastorno de ansiedad social nunca hubiera jugado”.
Mucho ha cambiado desde 2009. Hay un enfoque creciente en garantizar que los atletas profesionales tengan acceso a apoyo de salud mental.
En 2018, la NBA lanzó su Programa de Salud Mental, que exige que cada equipo tenga un profesional autorizado de dicho rubro disponible para los jugadores y el personal.
Por su parte, la NFL también exige que los equipos contraten a un médico de salud conductual que esté presente en el lugar al menos dos veces por semana.
Sin embargo, ¿qué piensan los aficionados? ¿Se considera a los deportistas con problemas de salud mental como débiles? ¿Se vuelven menos agradables?
En una serie de estudios, mis colegas y yo analizamos cómo han respondido los fans a los atletas que se sinceran sobre sus problemas de salud mental e incluso su pérdida de tiempo por ellos.
Expectativas de ‘fortaleza’ mental
Aunque se han logrado avances en los últimos años , a muchas personas todavía les resulta difícil hablar abiertamente de sus problemas de salud mental en el lugar de trabajo.
De acuerdo con una encuesta mundial de 2022, 58% de los encuestados afirmó que se sentía incómodo al hablar de sus problemas de salud mental en el trabajo. Muchos de ellos temen ser penalizados por sus problemas.
En el deporte, la situación puede ser aún peor.
Los deportistas de élite sufren una mayor prevalencia de problemas de salud mental que la población general, agravada por una cultura deportiva que enfatiza la fortaleza mental.
Recibir tratamiento regular para lesiones físicas se considera parte integral del trabajo. No obstante, buscar ayuda para problemas de salud mental puede verse como un signo de debilidad.
Este estigma cultural disuade a los atletas de hablar sobre su salud mental. Algunos de ellos pueden temer el rechazo o la incredulidad de sus compañeros de equipo y de sus seguidores.
Otros pueden preocuparse por perder oportunidades de patrocinio o contratos más importantes. La falta de conocimientos sobre salud mental entre muchos deportistas y entrenadores también actúa como una barrera adicional.
Sin embargo, la narrativa está cambiando lentamente, en parte gracias a deportistas de alto perfil como Kevin Love, DeMar DeRozan, A’ja Wilson y Michael Phelps, quienes han dado a conocer sus problemas de salud mental en los últimos años.
Sus historias —que han aparecido en los principales medios de comunicación y cadenas deportivas— han ayudado al público a reconocer que estos admirados deportistas son tan vulnerables a los problemas de salud mental como cualquier otra persona.
Punto de inflexion
Un momento crucial llegó cuando la estrella del tenis Naomi Osaka se retiró de Roland Garros en 2021, citando motivos de salud mental.
Los organizadores del torneo Grand Slam multaron a Osaka. Además, la amenazaron con la descalificación y futuras prohibiciones si no cumplía con sus obligaciones con los medios, lo que finalmente llevó a la japonesa a retirarse del torneo.
La decisión desató un acalorado debate. Varios medios de comunicación y aficionados criticaron a Osaka. Ellos argumentaron que, como deportista profesional, gestionar las funciones de los medios de comunicación era parte de su trabajo.
Sin embargo, algunas personalidades destacadas —entre ellas Serena Williams y Martina Navratilova— la elogiaron por priorizar su salud mental. Nike, uno de sus principales patrocinadores, apoyó públicamente su decisión y la apoyó durante la polémica.
En un estudio de 2022, analizamos la respuesta del público en las redes sociales a las acciones de Osaka.
En Twitter (ahora conocido como X) nos sorprendió encontrar una gran cantidad de apoyo. 51% de todas las publicaciones y respuestas relacionadas aplaudieron su decisión. Solo 19% expresó sentimientos negativos, mientras que 30% restante fue neutral.
Osaka apareció en la portada de la revista Time, no porque hubiera ganado otro torneo de Grand Slam, sino porque abrió un debate más amplio sobre la salud mental en el deporte.
Más tarde ese verano, la gimnasta Simone Biles se retiró de la final de gimnasia por equipos femenil en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, citando razones de salud mental.
Las acciones de Osaka también impulsaron cambios en la gobernanza de la WTA. El comité del Grand Slam, que la multó por faltar a una conferencia de prensa durante Roland Garros 2021, se comprometió a abordar las preocupaciones de salud mental de los jugadores.
Humanizando a los deportistas
En nuestro estudio más reciente, queríamos explorar cómo los fans perciben a los atletas que revelan problemas de salud mental en comparación con aquellos que hablan de sus lesiones físicas.
¿Hay algo de cierto en el estigma que temían algunos atletas y entrenadores?
Presentamos dos escenarios a 255 participantes que viven en Estados Unidos. En uno, había un atleta que se tomó un descanso por problemas de salud mental. En el otro, el atleta se tomó un tiempo libre para lidiar con una lesión física.
La única diferencia entre las condiciones era el motivo por el que el deportista se ausentaba. Los encuestados fueron asignados aleatoriamente a una de dos condiciones.
Después de leer el escenario que se les asignó, expresaron el nivel de afecto que sentían hacia el atleta y hasta qué punto lo consideraban competente.
Según nuestros hallazgos, parece que los temores de una reacción violenta son en gran medida infundados.
De hecho, los participantes del estudio sintieron más afecto hacia los atletas con problemas de salud mental. Los consideraron tan capaces de rendir como los deportistas que tenían que lidiar con lesiones físicas.
En otras palabras, los fans parecen apreciar a los atletas que inician estas conversaciones difíciles y priorizan su bienestar mental. En cuanto a los jugadores que temen perder acuerdos de patrocinio por hacer públicos sus problemas de salud mental, en todo caso, los aficionados pueden verlos como personas más agradables y cercanas, lo que aumenta su atractivo como embajadores de la marca.
Eso es exactamente lo que le pasó a Chris Martin.
Los fans, los compañeros de equipo y los medios de comunicación en general lo apoyaron. El director del club, Alex Cora, aplaudió a Martin por su franqueza sobre sus problemas, al igual que el director de beisbol Craig Breslow .
Para mí, está claro que la situación está cambiando. Los deportistas ya no tienen por qué sufrir en silencio.
Este artículo se publicó originalmente en inglés.
*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.
*Dae Hee Kwak es profesor asociado de Gestión Deportiva en la Universidad de Michigan.
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