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Diferencia entre revisiones de «Juan Guillermo Ripperdá»

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'''Johan Willem Ripperdá''', (o en [[lengua española|español]], '''Juan Guillermo Ripperdá'''), '''octavo Barón de Ripperdá''', y luego '''Duque de Ripperdá''', (Oldehove, [[Groninga]], ([[Holanda|Países Bajos]]), [[7 de marzo]] de [[1680]] - [[Tetuán]], [[Marruecos]], [[5 de noviembre]] de [[1737]]) fue un famoso aventurero que llegó a [[Secretarios de Estado en España|Primer Ministro de España]] en tiempos de [[Felipe V de España|Felipe V]].
'''Johan Willem Ripperdá''', (o en [[lengua española|español]], '''Juan Guillermo Ripperdá'''), '''octavo Barón de Ripperdá''', y luego '''Duque de Ripperdá''', (Oldehove, [[Groninga]], ([[Holanda|Países Bajos]]), [[7 de marzo]] de [[1680]] - [[Tetuán]], [[Marruecos]], [[5 de noviembre]] de [[1737]]) fue un famoso aventurero que llegó a [[Secretarios de Estado en España|Primer Ministro de España]] en tiempos de [[Felipe V de España|Felipe V]].


Descendía de una familia aristocrática, oriunda de [[España]], según se cree, establecida en los [[Países Bajos]] cuando estos formaban parte de los dominios de la Corona de España. Era hijo del séptimo barón de Ripperdá, señor de Winseun y gobernador de la fortaleza de [[Namur]], que había alcanzado el grado de general del ejército holandés. Estudió en el Colegio de los Jesuitas de [[Colonia]], y con posterioridad ingresó en el Ejército, donde llegó a coronel. A la muerte de sus padres abjuró del catolicismo, y se hizo [[calvinista]] para mejorar sus perspectivas en su país. En [[1715]] estableció su residencia en [[Madrid]] como embajador; su viveza y facilidad para los idiomas, que le permitían hablar fluidamente el español, le granjearon el apoyo del Cardenal Alberoni. Ripperdá se convirtió al [[catolicismo]] de nuevo, y se puso al servicio de España, entonces bajo el gobierno del primer Borbón, [[Felipe V de España|España]]. Bajo las órdenes de [[Giulio Alberoni|Alberoni]], se encargó de la dirección de la fábrica de tejidos de [[Guadalajara (España)|Guadalajara]], donde realizó una labor digna de encomio, lo que unido a su don de gentes, aumentó su influencia, en perjuicio de Alberoni, que temeroso, le destituyó de sus cargos. No tardó en declararse enemigo de Alberoni, a cuya caída contribuyó.
Descendía de una familia aristocrática, oriunda de [[España]], según se cree, establecida en los [[Países Bajos]] cuando estos formaban parte de los dominios de la Corona de España. Era hijo del séptimo barón de Ripperdá, señor de Winseun y gobernador de la fortaleza de [[Namur]], que había alcanzado el grado de general del ejército holandés. Estudió en el Colegio de los Jesuitas de [[Colonia]], y con posterioridad ingresó en el Ejército, donde llegó a coronel. A la muerte de sus padres abjuró del catolicismo, y se hizo [[calvinista]] para mejorar sus perspectivas en su país. En [[1715]] estableció su residencia en [[Madrid]] como embajador; su viveza y facilidad para los idiomas, que le permitían hablar fluidamente el español, le granjearon el apoyo del Cardenal Alberoni. Ripperdá se convirtió al [[catolicismo]] de nuevo, y se puso al servicio de España, entonces bajo el gobierno del primer Borbón, [[Felipe V de España|Felipe V]]. Bajo las órdenes de [[Giulio Alberoni|Alberoni]], se encargó de la dirección de la fábrica de tejidos de [[Guadalajara (España)|Guadalajara]], donde realizó una labor digna de encomio, lo que unido a su don de gentes, aumentó su influencia, en perjuicio de Alberoni, que temeroso, le destituyó de sus cargos. No tardó en declararse enemigo de Alberoni, a cuya caída contribuyó.


Viudo entonces de su primera esposa, Alida Schellingnov, en 1721, volvió a contraer matrimonio, en esta ocasión, con la dama española doña Francisca Eusebia Jaraba del Castillo. A la caída de Alberoni, fue nombrado superintendente general de todas las fábricas de España, siendo considerado en ese momento, favorito de la nueva consorte real, [[Isabel de Farnesio]]. En [[1724]] retomó su carrera como embajador, aunque en esta ocasión actuó bajo secreto. Fue partícipe en la negociación de los [[Tratado de Viena (1725)|tratados de Viena]], que establecían una alianza entre [[Felipe V de España|Felipe V]] y [[Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico|Carlos VI]]. Por esta gestión le recompensaron con un Ducado, y el título de [[Grande de España]], y poco después le fue conferida la [[Secretaría de Estado]]. Sin embargo, su ambición y ligereza le perdieron, ya que se comprobó que el Tratado no era favorable para España, que se obligaba a entregar al emperador una astronómica cantidad de dinero, a cambio de ambiguos y poco claros compromisos del emperador de ayudar a Felipe V, en la recuperación de [[Gibraltar]] y [[Menorca]]. Esto, y los enemigos que se había creado, entre los que destacaban [[Grimaldo]] y [[Patiño]], unido a su insostenible situación personal (se le acusaba de malversación), llevó a Ripperdá a renunciar en mayo de [[1726]], a todos sus cargos. Como quiera que sus enemigos consiguieron del rey una orden de prisión contra él, se refugió en la embajada británica, de donde fue sacado por la fuerza, siendo trasladado al [[Alcázar de Segovia]], acusado de un delito de lesa majestad, que nunca llegó a comprobarse.
Viudo entonces de su primera esposa, Alida Schellingnov, en 1721, volvió a contraer matrimonio, en esta ocasión, con la dama española doña Francisca Eusebia Jaraba del Castillo. A la caída de Alberoni, fue nombrado superintendente general de todas las fábricas de España, siendo considerado en ese momento, favorito de la nueva consorte real, [[Isabel de Farnesio]]. En [[1724]] retomó su carrera como embajador, aunque en esta ocasión actuó bajo secreto. Fue partícipe en la negociación de los [[Tratado de Viena (1725)|tratados de Viena]], que establecían una alianza entre [[Felipe V de España|Felipe V]] y [[Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico|Carlos VI]]. Por esta gestión le recompensaron con un Ducado, y el título de [[Grande de España]], y poco después le fue conferida la [[Secretaría de Estado]]. Sin embargo, su ambición y ligereza le perdieron, ya que se comprobó que el Tratado no era favorable para España, que se obligaba a entregar al emperador una astronómica cantidad de dinero, a cambio de ambiguos y poco claros compromisos del emperador de ayudar a Felipe V, en la recuperación de [[Gibraltar]] y [[Menorca]]. Esto, y los enemigos que se había creado, entre los que destacaban [[Grimaldo]] y [[Patiño]], unido a su insostenible situación personal (se le acusaba de malversación), llevó a Ripperdá a renunciar en mayo de [[1726]], a todos sus cargos. Como quiera que sus enemigos consiguieron del rey una orden de prisión contra él, se refugió en la embajada británica, de donde fue sacado por la fuerza, siendo trasladado al [[Alcázar de Segovia]], acusado de un delito de lesa majestad, que nunca llegó a comprobarse.

Revisión del 11:26 26 dic 2008

Juan Guillermo, Barón y Duque de Ripperdá

Johan Willem Ripperdá, (o en español, Juan Guillermo Ripperdá), octavo Barón de Ripperdá, y luego Duque de Ripperdá, (Oldehove, Groninga, (Países Bajos), 7 de marzo de 1680 - Tetuán, Marruecos, 5 de noviembre de 1737) fue un famoso aventurero que llegó a Primer Ministro de España en tiempos de Felipe V.

Descendía de una familia aristocrática, oriunda de España, según se cree, establecida en los Países Bajos cuando estos formaban parte de los dominios de la Corona de España. Era hijo del séptimo barón de Ripperdá, señor de Winseun y gobernador de la fortaleza de Namur, que había alcanzado el grado de general del ejército holandés. Estudió en el Colegio de los Jesuitas de Colonia, y con posterioridad ingresó en el Ejército, donde llegó a coronel. A la muerte de sus padres abjuró del catolicismo, y se hizo calvinista para mejorar sus perspectivas en su país. En 1715 estableció su residencia en Madrid como embajador; su viveza y facilidad para los idiomas, que le permitían hablar fluidamente el español, le granjearon el apoyo del Cardenal Alberoni. Ripperdá se convirtió al catolicismo de nuevo, y se puso al servicio de España, entonces bajo el gobierno del primer Borbón, Felipe V. Bajo las órdenes de Alberoni, se encargó de la dirección de la fábrica de tejidos de Guadalajara, donde realizó una labor digna de encomio, lo que unido a su don de gentes, aumentó su influencia, en perjuicio de Alberoni, que temeroso, le destituyó de sus cargos. No tardó en declararse enemigo de Alberoni, a cuya caída contribuyó.

Viudo entonces de su primera esposa, Alida Schellingnov, en 1721, volvió a contraer matrimonio, en esta ocasión, con la dama española doña Francisca Eusebia Jaraba del Castillo. A la caída de Alberoni, fue nombrado superintendente general de todas las fábricas de España, siendo considerado en ese momento, favorito de la nueva consorte real, Isabel de Farnesio. En 1724 retomó su carrera como embajador, aunque en esta ocasión actuó bajo secreto. Fue partícipe en la negociación de los tratados de Viena, que establecían una alianza entre Felipe V y Carlos VI. Por esta gestión le recompensaron con un Ducado, y el título de Grande de España, y poco después le fue conferida la Secretaría de Estado. Sin embargo, su ambición y ligereza le perdieron, ya que se comprobó que el Tratado no era favorable para España, que se obligaba a entregar al emperador una astronómica cantidad de dinero, a cambio de ambiguos y poco claros compromisos del emperador de ayudar a Felipe V, en la recuperación de Gibraltar y Menorca. Esto, y los enemigos que se había creado, entre los que destacaban Grimaldo y Patiño, unido a su insostenible situación personal (se le acusaba de malversación), llevó a Ripperdá a renunciar en mayo de 1726, a todos sus cargos. Como quiera que sus enemigos consiguieron del rey una orden de prisión contra él, se refugió en la embajada británica, de donde fue sacado por la fuerza, siendo trasladado al Alcázar de Segovia, acusado de un delito de lesa majestad, que nunca llegó a comprobarse.

En 1728, y con la ayuda de una doncella de la alcaidesa, llamada Josefa Ramos, que se había enamorado del ex ministro, huyó (30 de agosto de 1728) a Portugal y luego marchó a Inglaterra, donde fue bien recibido del rey y su corte. Sin embargo, Felipe V, temeroso de que Ripperdá pudiese cometer alguna indiscreción, ya que había poseído todos los secretos de Estado, forzó, tras mediar con la corte británica, su salida del país. Se trasladó entonces a los Países Bajos, donde por segunda vez abrazó el calvinismo. Aunque allí no recibió manifestación hostil alguna, decidió partir hacia Marruecos, gracias a su amistad con un almirante marroquí, llamado Pérez, que descendía de un renegado español, y que era embajador en La Haya.

Tras intentar una última reconciliación con Felipe V, que ni siquiera contestó la petición de Ripperdá, éste marchó a Marruecos. En noviembre de 1731, llegó a Tánger, junto a Josefa Ramos. Recibido cariñosamente por el sultán Abd-Allah, parece que Ripperdá no tardó en comenzar a intrigar. Todo ello condujo, al parecer, a que tras un intento de complot con el bey de Túnez, y algunas deslealtades, Ripperdá perdiera toda influencia, y acabara sus días en la miseria y olvidado. Se ha afirmado que se convirtió al Islam, y que dirigió un fracasado asedio sobre Ceuta, pero esto no ha sido probado documentalmente. Unas Memorias bajo su nombre aparecieron hacia 1740, llenas de afirmaciones fantasiosas e inciertas, y no son casi seguramente, de su mano.

Bibliografía

  • Historia del duque de Riperdá, anotada y corregida por Salvador José Maner (Madrid, 1796).
  • Syveton, Une cour et un aventurier du XVIIIe siècle. Le baron de Riperdá (París, 1896).

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Predecesor:
José de Grimaldo y Gutiérrez de Solórzano
Secretario de Estado de España
1725-1726
Sucesor:
José de Grimaldo y Gutiérrez de Solórzano

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