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Diferencia entre revisiones de «Infarto»

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Se sabe que hasta en 12% de los pacientes con infarto del miocardio no se formula el diagnóstico clínico, ya que los síntomas no son caracteristicos, especialmente en los ancianos;1 tales síntomas pueden tener amplias variaciones en su presentación especialmente en los subgrupos de pacientes mayores de 65 años
Se sabe que hasta en 12% de los pacientes con infarto del miocardio no se formula el diagnóstico clínico, ya que los síntomas no son caracteristicos, especialmente en los ancianos;1 tales síntomas pueden tener amplias variaciones en su presentación especialmente en los subgrupos de pacientes mayores de 65 años
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SIGNOS Y SÍNTOMAS

* Dolor torácico intenso y prolongado que se percibe como una presión intensa, y que puede extenderse (irradiarse) a brazos y hombros sobre todo izquierdos, espalda, e incluso los dientes y la mandíbula.

* El dolor se describe como un puño enorme que retuerce el corazón. Es similar al de la angina de pecho, pero más prolongado, y no responde a la nitroglicerina bajo la lengua.
* El dolor a veces se percibe de forma distinta, o no sigue ningún patrón fijo, sobre todo en ancianos y en diabéticos, en los que puede percibirse como un dolor prolongado en la parte superior del abdomen que uno atribuye a indigestión.

* Dificultad para respirar.
* Mareo. Es el único síntoma en un 10 %.
* Otros: Pueden ocurrir náuseas, vómitos, desfallecimiento y sudoración.
* Antecedentes de angina inestable: ataques frecuentes de ANGINA DE PECHO no ligados a actividad física.


[[Categoría:Enfermedades]]
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Revisión del 01:41 28 jun 2007

Se denomina infarto a la necrosis isquémica de un órgano (muerte de un tejido), generalmente por obstrucción de las arterias que lo irrigan, ya sea por elementos dentro de la luz del vaso, por ejemplo placas de ateroma, o por elementos externos (tumores que comprimen el vaso, torsión de un órgano, hernia de un órgano a través de un orificio natural o patológico, etc).

Los infartos más frecuentes se ven a nivel del corazón (infarto agudo de miocardio), cerebro (accidente vascular encefálico), intestino (infarto intestino mesentérico), pero pueden verse a nivel de cualquier órgano.

En el uso coloquial, cuando se menciona la palabra "infarto" sin mencionar a qué órgano se refiere, se trata de un infarto agudo de miocardio. Se debe iniciar el desarrollo de este tema con la siguiente premisa: “El diagnóstico de la cardiopatía isquémica debe formularse con bases eminentemente clínicas”. Por esta razón la semiología que el clínico debe aplicar ante la presencia de un dolor precordial (por sus características y por su duración) le debe obligar a proponer el diagnóstico de infarto agudo del miocardio (IAM) con suficiente premura ya que el retraso en el planteamiento se traduce en la pérdida de un tiempo valioso necesario para instituir el método de reperfusión disponible con la idea de recuperar la mayor extensión de miocardio ya que, como es bien sabido existe una relación inversa entre el tiempo transcurrido para iniciar el procedimiento y la cantidad de músculo “salvado”.

El diagnóstico clínico del IAM se debe basar, entonces, en la conjunción de los tres siguientes datos: dolor característico, cambios electrocardiográficos sugestivos y elevación de las enzimas, debiendo tener presente que esta última puede no presentarse en forma oportuna por lo que los dos primeros cambios deberán de tomarse en cuenta para iniciar la reperfusión a la brevedad posible.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

El síntoma “pivote” que suele presentarse en el IAM es un dolor opresivo en la región medioesternal que puede irradiar al cuello, al dorso o a ambos brazos. Generalmente, no disminuye con el reposo, con la administración de analgésicos comunes o inclusive con nitratos. Frecuentemente se asocia a diaforesis, a náuseas, a debilidad, y a una sensación de inquietud y temor de una “muerte inminente” que le dificulta la respiración al paciente. El dolor aumenta su intensidad conforme transcurren los siguientes minutos y, es precisamente esta característica, la que permite plantear el diagnóstico diferencial entre el IAM y otros padecimientos, tales como la disección aórtica, la tromboembolia pulmonar o la perforación de una úlcera péptica, padecimientos en los que la máxima intesidad del dolor es usualmente instantánea. En los pacientes que han presentado con anterioridad angor pectoris el dolor que provoca el IAM se diferencia del anterior por su mayor duración.

Se sabe que hasta en 12% de los pacientes con infarto del miocardio no se formula el diagnóstico clínico, ya que los síntomas no son caracteristicos, especialmente en los ancianos;1 tales síntomas pueden tener amplias variaciones en su presentación especialmente en los subgrupos de pacientes mayores de 65 años La plantilla {{Esbozo}} está obsoleta tras una consulta de borrado, no se debe usar.