¿Quién ocupará el trono de las criptomonedas en 2024?

La quiebra de la bolsa de criptomonedas FTX dejó un vacío en el sector. Desde Backpack hasta OPNX, algunas caras conocidas y otras nuevas compiten por llenarlo.
Collage fotogrfico de una silueta de Sam BankmanFried criptomonedas y gente en una carrera a pie
La pérdida de confianza entre los inversionistas en criptomonedas es una dificultad a la que se enfrentan los nuevos contendientes del sector.Fotoilustración: Jacqui VanLiew; Getty Images

La caída de FTX creó un “enorme vacío” en el mercado de las criptomonedas, comenta Can Sun, cofundador de Backpack, una nueva bolsa de intercambio en desarrollo en los Emiratos Árabes Unidos. Sun lo sabe mejor que la mayoría: anteriormente fue consejero general de FTX, cuyo colapso de gran repercusión ha provocado una agitación en todo el sector este año. Backpack es una de las contendientes que se apresuran a llenar ese hueco. Es una oportunidad en la que “el ganador se lo lleva todo”, opina Sun.

La renovación del mundo de las criptomonedas

Sun se asoció con Armani Ferrante, previamente ingeniero de software en Alameda Research, la empresa hermana a través de la cual el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, gestionó miles de millones de dólares que no eran suyos antes de gastarlos. Su perspectiva desde la primera fila de la debacle de FTX, asegura el dúo, ayudaría a dar a Backpack una ventaja competitiva.

El ascenso y la rápida caída de FTX “nos enseñó varias lecciones”, señala Sun. ¿La más importante? El frágil arte de equilibrar la necesidad de atraer a los clientes con una amplia gama de opciones de inversión con el cumplimiento normativo necesario para garantizar la protección de sus fondos.

La ambición de Backpack es atender a clientes fuera de Estados Unidos, ya que la Comisión de Bolsa y Valores y el Departamento de Justicia de EE UU (DOJ, por sus siglas en inglés) presentaron una serie de cargos contra empresas de criptomonedas, pero estas compañías en otros países se encuentran con una recepción menos hostil. La bolsa proporcionará una selección de operaciones similar a la de FTX, explica Sun, pero bajo un régimen normativo en Dubai, cuyas reglas específicas para las criptomonedas, incluidas comprobaciones diarias de las irregularidades contables, pretenden evitar que se desvíen los fondos de los clientes.

Solo hay “unos pocos equipos en el mundo” capaces de hallar un balance en el conflicto de intereses correctamente, afirma Sun. Muchas de las grandes bolsas tradicionales, actualmente envueltas en batallas legales con los organismos reguladores, no están bien preparadas para “asumir el papel de FTX”. El truco estará en ganarle la partida a la competencia.

Bankman-Fried tardó únicamente tres años en convertir FTX en una empresa con un valor de 32,000 millones de dólares con infinidad de clientes en todo el mundo, según reportó CNBC en su momento. Se vino abajo en el transcurso de poco más de una semana.

La caída de FTX fue un momento decisivo, cuyos efectos en cadena, incluidos un desplome del mercado, una crisis criptobancaria, una reacción reguladora y más quiebras, han pesado mucho en el sector. En noviembre de 2023, en un tribunal de Nueva York, Bankman-Fried fue declarado culpable de siete cargos de fraude y conspiración. Está a la espera de su sentencia.

FTX demostró lo que puede salir mal cuando a una bolsa de criptomonedas se le da libertad para operar de forma poco transparente y con una supervisión externa mínima. También cambió lo que se espera actualmente de otras bolsas.

Una semana después de la quiebra de FTX, Binance, la mayor bolsa de criptomonedas del mundo, propuso una nueva norma mínima. En una entrada de blog publicada el 15 de noviembre de 2022, Changpeng Zhao, entonces CEO de Binance, estableció una serie de buenas prácticas para las bolsas de intercambio que se reducían a: no apuestes, no pidas prestado y no hagas trampa. Zhao anunció que Binance empezaría a publicar una “prueba de reservas” transparente, una especie de auditoría interna que demostraría que la bolsa mantenía en sus cofres lo suficiente para hacer frente a los retiros. Varios de sus homólogos, desde Bitfinex y Crypto.com hasta Huobi y OKX, siguieron su ejemplo.

Fue un comienzo, pero imperfecto: las pruebas de reservas solo proporcionan una imagen instantánea de los activos en un momento determinado, no un panorama en tiempo real, lo que permite falsear las cifras. Tampoco reflejan los pasivos de una bolsa, por lo que únicamente proporcionan un indicador parcial de la salud financiera.

Existen muchas bolsas de criptomonedas, incluso con FTX fuera del juego, comenta William Quigley, inversionista de capital de riesgo y cofundador de la stablecoin Tether. Pero indica que hay un espacio disponible para una compañía que demuestre que almacena los activos de sus clientes de forma responsable, que los protege contra la manipulación del mercado y que sigue rigurosos procedimientos de cumplimiento. “Se trata de un área que es posible mejorar”, observa Quigley.

Aprendiendo de los errores ajenos con criptomonedas

Los nuevos jugadores están proponiendo métodos técnicamente más elaborados para acreditar que los fondos de los clientes no han sido retirados, como pasó con FTX. Backpack está desarrollando una nueva prueba de reservas, actualizada automáticamente a diario, explica Ferrante, mediante la cual se comprueba “criptográficamente” la disponibilidad de fondos para los retiros, en lugar de hacerlo a través de una auditoría interna poco clara. Para evitar que los fondos se muevan discretamente, la bolsa funcionará con un sistema por el que cada transferencia de criptotokens deberá ser autorizada por varias partes. El objetivo es garantizar que “no haya un único punto de fallo”, añade Ferrante, y que tenga “múltiples niveles de protección”.

Otros competidores, como OPNX, una bolsa lanzada en abril por Kyle Davies y Su Zhu, cofundadores del fondo de cobertura de criptomonedas en quiebra Three Arrows Capital, están intentando captar a antiguos clientes de FTX con un enfoque diferente. OPNX ofrece servicios comunes de trading, pero también permite a los clientes realizar transacciones con sus créditos. En vez de esperar un largo proceso de bancarrota, alguien con dinero bloqueado en FTX podría optar por vender su solicitud de quiebra por un determinado número de centavos de dólar, intercambiando el máximo potencial de recuperación por el acceso inmediato a los fondos.

OPNX rechazó nuestra solicitud para una entrevista, pero en marzo, en declaraciones a WIRED, su CEO Leslie Lamb manifestó que esperaba “ofrecer a la gente una vía para volver a las criptomonedas si así lo desean” y aprovechar un “mercado increíblemente desatendido”: los traders cuyos activos están bloqueados en procedimientos de quiebra.

Backpack ha inscrito a decenas de miles de posibles clientes en una lista de espera, aseguran Sun y Ferrante, pero la bolsa no entrará en funcionamiento hasta el primer trimestre de 2024. Mientras tanto, OPNX ha tenido dificultades para abrirse camino en el mercado en sus primeros seis meses de actividad: en octubre, la empresa anunció que había procesado 10,000 millones de dólares en operaciones totales, un volumen que FTX acumuló en solo unos días en su punto máximo.

Los operadores tradicionales, como Binance, también han luchado por conquistar el rincón del sector que ocupaba FTX. En los meses posteriores a su caída, la participación de mercado de Binance llegó a alcanzar el 66%, reportó CoinGecko. Los datos compartidos con WIRED por la firma de análisis de blockchain Nansen muestran que, incluso ahora, la bolsa atrae de manera constante el mayor valor total de depósitos de criptomonedas. Sin embargo, después de que los reguladores estadounidenses interpusieran demandas contra la compañía en el verano, con rumores de que se presentarían cargos penales, los clientes se retiraron de Binance, según Bloomberg.

Tras llegar a un acuerdo con el DOJ en noviembre, cuando Binance se declaró culpable de infracciones históricas en materia de lavado de dinero y sanciones, la bolsa espera pasar página y, en particular, atraer a nuevos inversionistas institucionales de alto valor. Sin embargo, la compañía reconoce que queda trabajo por hacer respecto a la percepción de su reputación. “Es difícil [para los inversionistas institucionales] tratar con empresas y bolsas que despiertan dudas sobre su estado de cumplimiento”, afirma Catherine Chen, directiva de Binance encargada de atraer a clientes de alto valor. “Sabemos que disipar las preocupaciones sobre las finanzas ilícitas en [materia] de criptomonedas es una de las cuestiones más importantes que necesitamos para impulsar la adopción generalizada y una mayor inversión institucional”.

Existe otro argumento según el cual el sustituto más adecuado de FTX sería, curiosamente, el mismo FTX. En abril, se inició una campaña entre un grupo de acreedores de dicha empresa, la Coalición FTX 2.0, que pretendía convencer a los administradores del estado de quiebra de que consideraran la posibilidad de restablecer la bolsa.

La idea es que FTX se subaste entre licitadores dispuestos a reiniciarla y a cambiar la deuda de los acreedores por capital en la nueva empresa. Si la nueva FTX tuviera éxito a partir de entonces, el valor del capital de cada acreedor superaría algún día la suma que perdieron originalmente, lo que crearía un incentivo para que esas personas realicen transacciones en la plataforma.

Según Pat Rabbitte, uno de los líderes de la Coalición FTX 2.0, la inercia del tribunal de quiebras dificulta el rápido avance de un intento de reactivación, pero la base de clientes incorporada ayudará a compensar el retraso. “En criptomonedas, la tasa de rotación de la clientela es verdaderamente alta y la captación de la misma es bastante costosa. Pero existe una oportunidad única”, destaca Rabbitte.

FTX no respondió a una nuestra petición de una entrevista, pero Bloomberg reportó que los administradores del estado de quiebra están analizando propuestas de tres licitadores dispuestos a volver a poner en marcha la bolsa.

La dificultad a la que se enfrentan los aspirantes al trono de FTX reside en conseguir la confianza entre los inversionistas. Tras 18 meses de turbulencias y litigios de alto nivel en los que se vieron implicadas algunas de las mayores firmas de criptomonedas y en los que los consumidores perdieron miles de millones de dólares en total, Sun resalta que “ya no hay fe en el sector. La gente cree que es una estafa”.

Los recién llegados como Backpack proponen una solución tecnorreguladora para evitar ese problema de confianza. En efecto, argumentan que los clientes no necesitan confiar en las empresas ni en sus fundadores porque la tecnología demuestra que los activos no se utilizan indebidamente y los reguladores vigilarían. Con FTX 2.0, la idea es que todas las personas cuyas huellas dactilares pudieran encontrarse en un colapso de criptomonedas perjudicial queden “totalmente fuera de la ecuación”, aclara Rabbitte.

En Backpack existe la sensación de que la ventana de la oportunidad se está cerrando rápidamente, conforme las restricciones reguladoras más estrictas impuestas a las empresas de criptomonedas aumentan el costo de entrada. “Cada vez será más difícil [lanzar nuevas bolsas] a medida que pase el tiempo”, asegura Ferrante. El legado que dejó FTX, que deriva en que las bolsas de intercambio tendrán que cumplir normas más severas, beneficiará a los inversionistas, argumenta, pero hará más complicado construir algo desde cero. “El tiempo es esencial”, agrega.

Artículo publicado originalmente en WIRED UK. Adaptado por Andrei Osornio.