Weyes

Weyes

“Estoy en un momento de contemplación, pero también un poco de horror”, le cuenta Luisa Almaguer a Apple Music. “Me siento horrorizada ante todo lo que está pasando en el mundo”. En Weyes, su extraordinario segundo disco, la cantautora de Ciudad de México realiza un exorcismo musical tan revulsivo como poderoso; sus letras encaran la realidad de frente, desde la homofobia hasta la inevitable pérdida de amores o amistades envenenadas por el prejuicio, y la crueldad sistematizada con la que el reino animal sufre abusos. “El desamor constituye una gran parte de lo que ha sido mi vida y esto definitivamente se filtra en mis canciones”, admite. Pero lo que más sorprende de Weyes es la conmovedora ternura que emanan sus temas, desde la lánguida belleza orquestal de “Wey” hasta la etérea sofisticación y el pop psicodélico de la ambiciosa “Nubes”. En el universo estético de Almaguer, el dolor y la discriminación no logran empañar la belleza. “No deja de conmoverme cuando las personas trans se acercan en la calle para decirme que mi música las acompaña”, dice. “Acompañar a quienes sienten desamparo y darles alguna especie de reposo o refugio es el éxito más grande que podría haber imaginado”. Aquí, Almaguer nos guía a través de las canciones del álbum, una por una. Un día nos vamos a morir “Tiene que ver con un amor no correspondido, que es la historia general de mi vida amorosa; esa urgencia, el deseo de que me quieran. Quizás es la rola del disco que salió más rápido. Ya tenía la letra, un día me llegó la melodía y tuve que grabarla. Disfruto mucho cantar y este tema tiene un elemento que me fascina, que es el drama. Quería hacer una rola explosiva, que de repente cambiara el tempo para después regresar a la calma del inicio. Me gusta experimentar”. Wey “Es un reclamo directo a los hombres heterosexuales que nos aman, o dicen amarnos. Esos con los que nos relacionamos diariamente las mujeres trans. La letra es un mensaje de texto que le escribí a un wey, reclamándole eso, sin filtros. Ni siquiera pensé si rimaba o no”. Adiós a los amigos “La escribí hace mucho tiempo, como 10 años. En ese entonces tenía una banda, Lowboy, la primerísima agrupación con la que empecé mi camino. En ese momento iniciaba mi transición, tenía problemas con las personas que no me aceptaban, y así se fueron perdiendo las amistades. Hay una frase que decía un amigo, ‘debí amarte por tu finitud, pero preferí la eternidad’. Es importante saber decir adiós. Quise tenerlo en cuenta, más aún después de la pandemia y con todo lo que está pasando en el mundo: las guerras, la contaminación ambiental y demás”. Una perra “Es una canción más personal. Tiene que ver con la situación del mundo, que parte siempre desde la discriminación. Soy una mujer vegana hace 8 años y no creo en el consumo de animales. La discriminación empieza ahí; pensar que eres superior a esa gallina y que te la puedes comer. El privilegio inicia en nuestros platos. Nos vamos a las marchas y pedimos liberación femenina, pero comemos cerdas, tomamos leche de vacas violadas a las que mataron sus terneros; animales que son 10 veces más inteligentes que los perros. Ahí hay un problema de disonancia cognitiva. Una perra en el patio de atrás, una cerda en el matadero. No podría ser peor”. Weyes “Es un pequeño interludio, como un poemita de reclamo. ‘Quiéreme bien, quiéreme ya, no tengo tiempo’. Me lo sé de memoria, siempre lo vuelvo a repetir. Es de lo que va todo el disco: un reclamo de ternura hacia los hombres”. Nube “Me sorprendió porque primero era una canción de amor muy sencilla y se fue convirtiendo en otra cosa, cada vez más épica, con más instrumentos y melodías ocurriendo al mismo tiempo. Es como ‘Wey’; siento que está bien lograda en términos musicales. Generamos un feeling único y etéreo, como de ensoñación. Es dramático y triste, pero también esperanzador. Es de las cosas de las que más orgullosa me siento a nivel sonido, y todo surgió porque un wey me rompió el corazón”. Tío Hugo “La rola de una niña marica a su tío favorito. Acordarme de las primeras experiencias que tuve con referentes de la masculinidad. Mi tío Hugo era muy tierno y muchas veces nos llevaba a la escuela y estaba con nosotros en el desmadre de la vida cotidiana. Eso para mí era muy chido en comparación a mi padre, que era un hombre frío y violento. Me parecía importante rescatar esa figura y estoy segura de que mucha banda de la disidencia se sentirá identificada. Siempre hay un tío, una maestra, alguien en nuestra infancia que tomamos como referencia para el resto de nuestras vidas”. El más insoportable “El más insoportable es mi novio actualmente, mi marido ya casi: Julián. Lo que yo entiendo por amor es algo que también es insoportable. Y Julián para mí es eso, el que ahí está y ahí sigue. La veo como una rola de amor, pero igualmente habla de nuestro acuerdo no monógamo”. María “La escribí después de la experiencia de mi madre con el cáncer, pero hablando sobre los hospitales públicos de México. Estamos en la zona de hospitales de Tlalpan, los centros públicos más prestigiosos, y el trato es verdaderamente indigno, sobre todo con las personas más jodidas. No me cabe en la cabeza que un policía sea quien decide quién entra o no a un hospital. Es la violencia por encima de cualquier otra cosa y nunca lo voy a olvidar. Es un mensaje denso, pero también quise mantener una onda alegre, para que fuera accesible. Decidimos que fuera la cumbia del disco y que cerrara de manera optimista, aunque la temática sea fuerte. Las personas de Latinoamérica conocemos bien esto, hablar de lo profundo, denso y dark. Es nuestra manera de lidiar con la tragedia”.

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