El martes, ‘The Guardian’ dio a conocer los resultados de una investigación de nueve meses realizada conjuntamente con ‘Consumer Reports’ (CR) que mostraba niveles alarmantes de metales pesados como el arsénico, el plomo y sustancias químicas procedentes de plásticos PFAS (sustancias perifluoradas y polifluoradas) en muestras de agua potable de todo Estados Unidos.

Según ‘The Guardian’, millones de personas se enfrentan a graves problemas de calidad del agua en Estados Unidos a causa de la contaminación, el deterioro de las infraestructuras y el tratamiento inadecuado en las plantas de agua.

Como parte del estudio, CR y The Guardian seleccionaron a 120 voluntarios para que proporcionaran muestras de agua del grifo que luego se analizaron en busca de metales pesados como el plomo y el arsénico, contaminantes y PFAS: un grupo de compuestos que se encuentran en cientos de productos domésticos y que están relacionados con retrasos en el aprendizaje de los niños, cáncer y otros problemas de salud.

Las muestras procedían de sistemas de agua que dan servicio a más de 19 millones de personas.

He aquí cuatro conclusiones clave de este informe:

  • Un total de 118 de las 120 muestras analizadas tenían niveles preocupantes de PFAS, arsénico o plomo que superaban los umbrales de seguridad establecidos por los científicos del CR y otros expertos en salud.
  • Casi todas las muestras tenían niveles medibles de PFAS y más del 35% de las muestras contenían las “sustancias químicas que duran para siempre”, las cuales son potencialmente tóxicas, a niveles que superaban el umbral máximo de seguridad de CR.
  • Alrededor del 8% de las muestras contenían arsénico en niveles superiores al máximo recomendado por CR.
  • Una muestra de agua analizada en New Britain, Connecticut, tenía una concentración de plomo de 31,2 ppb, más del doble del nivel de acción de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (Environmental Protection Agency’, EPA por sus siglas en inglés), que es de 15 ppb, y 25 ppb más que el informe sobre la calidad del agua que se envía a las personas que la utilizan.

En respuesta a los resultados, la portavoz de la EPA, Andrea Drinkard, dijo que el 93% de la población abastecida por los sistemas de agua comunitarios recibe agua que cumple “todas las normas para protección de la salud en todo momento” y que la agencia ha establecido normas para más de 90 contaminantes. Esto incluye el arsénico y el plomo, pero no los PFAS.

Sin embargo, según un análisis de más de 140.000 sistemas públicos de abastecimiento de agua publicado por ‘The Guardian’ en febrero, millones de personas en Estados Unidos beben agua que no cumple las normas sanitarias federales, incluidos los límites de contaminantes peligrosos.

Productos químicos “que duran para siempre” (PFAS) en el agua del grifo

Los resultados de CR resultados PFAS en 117 de las 120 muestras analizadas, procedentes de lugares de todo el país. Dos muestras de CR tenían niveles de PFAS por encima del nivel de recomendación federal de 70 ppt, con la cantidad más alta en 80,2 ppt.

Las sustancias químicas PFAS se han fabricado y utilizado en diversas industrias de Estados Unidos desde la década de 1940, según la EPA. Pueden encontrarse en envases de alimentos, productos comerciales para el hogar, tejidos que repelen las manchas y el agua, utensilios de cocina antiadherentes, abrillantadores, ceras, pinturas, productos de limpieza, espumas contra incendios, industrias del petróleo y del plástico y agua potable contaminada.

Las sustancias químicas PFAS se filtran al agua desde las fábricas, los vertederos y otras fuentes. A menudo se les llama “sustancias químicas que duran para siempre” porque pueden acumularse en el cuerpo y no se descomponen fácilmente en el medio ambiente.

Una investigación sobre los efectos de los PFAS en la salud, en la que participaron 69.000 personas, reveló una “relación probable” entre la exposición a un tipo de sustancia química de los PFAS y seis problemas de salud: colesterol alto, colitis ulcerosa, enfermedades de la tiroides, hipertensión inducida por el embarazo y cánceres de testículo y riñón. Las investigaciones también han relacionado los PFAS con los retrasos en el aprendizaje de los niños.

Como informó ‘The Defender’, la ciencia sugiere que hay vínculos entre la exposición a los PFAS y una serie de consecuencias para la salud, incluido el posible aumento del riesgo de cáncer, enfermedades de la tiroides, colesterol alto, daños en el hígado, enfermedades renales, bebés con bajo peso al nacer, supresión inmunológica, colitis ulcerosa e hipertensión inducida por el embarazo.

Al menos 2.337 comunidades de 49 estados tienen agua potable que se sabe que está contaminada con PFAS, según un análisis realizado en enero por el Grupo de Trabajo Ambiental (‘Environmental Working Group‘), una organización para la defensa del medioambiente.

A pesar de las pruebas de la contaminación generalizada y de los riesgos para la salud, la EPA no ha establecido un límite legal obligatorio para los PFAS en el agua potable. Sólo ha establecido límites voluntarios, que se aplican a sólo dos de las sustancias químicas que duran para siempre -el ácido perfluorooctanoico (PFOA) y el ácido perfluorooctanesulfónico (PFOS)- en 70 partes por trillón combinadas.

El profesor de salud ambiental de Harvard, Philippe Grandjean, ha sugerido que el límite debería ser de solo 1 ppt para el PFOA y el PFOS, citando su investigación de 2013 publicada en ‘Environmental Health’.

La mayoría de los municipios no realizan pruebas de detección de PFAS y, cuando lo hacen, es a pequeña escala.

Arsénico tóxico en el agua del grifo

Casi todas las muestras analizadas por CR tenían niveles medibles de arsénico, un contaminante común de las aguas subterráneas, incluidas 10 muestras con niveles de entre 3 y 10 ppb, según ‘The Guardian’.

Los científicos de la RC y los grupos de defensa del medio ambiente, como el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (‘Natural Resources Defense Council’, NRDC por sus siglas en inglés), han dicho que el límite debería ser de 3 ppb o menos, pero la EPA permite el arsénico en el agua potable hasta 10 ppb para equilibrar los costes de los operadores de sistemas de agua en lugar de buscar la reducción de los riesgos para la salud.

Las investigaciones sugieren que la exposición a niveles mínimos de arsénico puede suponer riesgos para la salud a largo plazo. Un estudio de 2014 en ‘Environmental Health’ encontró que el arsénico a 5ppb o más se asoció con la reducción del coeficiente intelectual en los niños.

Como informó ‘The Defender’ en marzo, el arsénico ocupó “el primer lugar entre las sustancias presentes en el medio ambiente que suponen la amenaza potencial más importante para la salud humana”, según un informe del Congreso resultante de una investigación sobre metales pesados como el plomo y el arsénico encontrados en los alimentos para bebés.

Según el informe “La exposición a metales pesados tóxicos provoca una disminución permanente del coeficiente intelectual, una reducción de la productividad económica futura y un mayor riesgo de comportamiento delictivo y antisocial en los niños. Los metales pesados tóxicos ponen en peligro el desarrollo neurológico infantil y la función cerebral a largo plazo”.

Nivel peligroso de plomo en el agua del grifo

La preocupación por el plomo en el agua potable apareció por primera vez en los titulares nacionales durante la crisis del agua de Flint, Michigan, en 2015. Los científicos y la EPA están de acuerdo en que no existe un nivel de exposición seguro al plomo, aunque el nivel de acción de la EPA para el plomo está fijado en 15 ppb.

Aunque el informe anual de calidad del agua de New Britain para los clientes indicaba que su nivel medio de plomo era de 6 ppb, una muestra analizada por CR mostraba concentraciones de plomo de 31,2 ppb, más del doble del nivel de acción de la EPA de 15 ppb.

El plomo suele llegar al agua potable a través de las tuberías de plomo que conducen a los hogares o de las cañerías de los mismos. Se calcula que entre 3 y 6 millones de hogares y empresas de EE.UU. siguen recibiendo agua a través de tuberías antiguas que contienen plomo, según estimaciones de la EPA, y un número desconocido de hogares tienen accesorios de fontanería fabricados con este metal pesado.

Está bien establecido que el arsénico inorgánico y el plomo que se encuentran en el agua del grifo son neurotóxicos y pueden provocar una reducción del coeficiente intelectual, así como resultados adversos en el neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), dos afecciones que han ido en aumento durante varias décadas, informó ‘The Defender’.

Según la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, el plomo también puede causar problemas reproductivos, baja densidad ósea, mal funcionamiento de los riñones, deterioro cognitivo y afecta negativamente a todos los órganos del cuerpo. Altos niveles de exposición pueden causar encefalopatía o la muerte.

La Academia Americana de Pediatría no ha identificado ningún “umbral o nivel seguro de plomo en sangre”.

Próximos pasos: resolver el problema

Aunque la gente puede buscar agua potable más limpia utilizando filtros y sistemas de filtración domésticos que eliminan los contaminantes peligrosos, CR dice que solucionar el problema no debería depender de los consumidores.

El NRDC ha hecho un llamamiento al gobierno de Biden y al Congreso para que promulguen leyes que exijan la rápida retirada y sustitución de las tuberías de plomo y para que tomen medidas inmediatas para hacer frente a la contaminación por PFAS en el agua potable.