La Carta de Derechos Digitales de España planteó blindar legalmente los neuroderechos: tres años después se sigue a la espera

Noland Arbaugh recibió el implante de chip cerebral de Neuralink en enero.
Noland Arbaugh recibió el implante de chip cerebral de Neuralink en enero.

iStock; BI

Foto del redactor Alberto R. AguiarFoto del redactor Alberto R. Aguiar
  • Las visiones son, sin embargo, optimistas: científicos como Rafael Yuste creen que España podría ser el primer país europeo en legislar sobre la materia.
  • En los últimos meses se han producido avances, como la colaboración de Gobierno y Comunidad de Madrid para crear un centro de neurotecnología.

Las neurotecnologías representan "una intrusión sin precedentes en la esfera privada de los individuos" y pueden vulnerar derechos y libertades "más allá de los derechos a la privacidad y a la protección de datos". "Determinados usos de los neurodatos ponen en peligro derechos fundamentales como la dignidad humana o la integridad física o mental".

Negro sobre blanco. Así recogía el Supervisor Europeo de Protección de Datos (EDPS) el desafío que representa el auge de esta tecnología en un informe en el que también colaboró la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).

Hace exactamente tres años el Gobierno presentó su Carta de los Derechos Digitales, que ya incidía en que "las condiciones, límites y garantías de implantación y empleo en las personas de las neurotecnologías podrán ser reguladas por la ley" para "garantizar el control de cada persona sobre su propia identidad", entre otras cuestiones.

En estos tres años se han producido avances en todo el mundo. Chile, sin ir más lejos, planteó sancionar los neuroderechos en su última reforma constitucional. Pero España por el momento no cuenta con ningún anteproyecto legal que contemple la necesidad de proteger esos nuevos derechos.

El concepto sí que ha llegado al Congreso, eso sí: en febrero de este año se presentó allí El teatro de los pensamientos, un documental de Werner Herzog rodado en colaboración con el aclamado neurocientífico español Rafael Yuste. Más allá de eso, la Cámara Baja no ha recogido ninguna iniciativa ni proyecto legal sobre la materia por el momento.

No es una cuestión baladí, en tanto que como recordaba el informe del EDPS las neurotecnologías "antes se limitaban a la atención sanitaria o a la seguridad". A medida que su desarrollo continúa, ya "se venden directamente a los consumidores, lo que supone un cambio significativo en la accesibilidad" y también "en sus daños potenciales".

Elon Musk tiene mucho que ver con ello. Neuralink es una de sus empresas, esta fundada en 2016 con el propósito de desarrollar y mejorar interfaces neuronales. Un pequeño chip que se implanta en el cerebro y que ya cuenta con su primer usuario, de momento el único en todo el planeta: un joven tetrapléjico de 29 años.

El propio usuario, Noland Arbaugh, ya desveló hace unas semanas a Business Insider cuáles son algunos de los impactos que han tenido en su vida el implante de un chip de Neuralink en su cabeza. Básicamente, el implante, que le colocaron en enero, le ha ayudado a recuperar autonomía y a volver a relacionarse socialmente, según explica.

Aunque Arbaugh también ha reconocido que lloró un poco cuando supo que el chip estaba cometiendo algunos fallos, un feedback que ha ayudado a la empresa a decidir que en el futuro se incrusten los cables a más profundidad en el cerebro para evitar que se vuelvan a repetir. El propio joven ha asumido con naturalidad qué implicaciones podría tener que se hackee su chip.

Elon Musk.

El propio Rafael Yuste ya explicó en una entrevista a finales de 2021 por qué es urgente regular por ley las neurotecnologías. Yuste investiga en la Universidad de Columbia (EEUU) y es uno de los promotores de la BRAIN Initiative, un proyecto que la Administración Obama puso en marcha en 2013 con el objeto de mapear el cerebro al completo.

En aquella entrevista, Yuste confirmaba a Business Insider España que el ecosistema de los neuroderechos ha cambiado mucho en las tres décadas en las que él lleva sumergido en el campo. Él forma parte de la Neurorights Foundation, la fundación con la que se han impulsado procesos legislativos en distintas partes del mundo.

Yuste, que participó del panel de expertos que desarrolló aquella Carta de Derechos Digitales, lamentaba a finales del mismo año en la que se presentó que todavía no se había desarrollado nada legalmente. "Es una carta de intenciones y no tiene vigencia legal", explicaba. 

"El Gobierno español se ha mojado, pero es una carta que es muy bonita y que se tiene que desarrollar. Hay que transformarla en leyes hechas y derechas". "Lo que se espera es que en los próximos años el Congreso se involucre, igual que han hecho los chilenos", enfatizaba.

Por el momento los neuroderechos no están en el mapa de prioridades del Gobierno, más allá de que Yuste viera cómo se presentaba el documental de Herzog, El teatro de los pensamientos, en la Cámara baja española. Sin embargo, hay mimbres para pensar en un escenario optimista.

En una entrevista publicada este mismo año por Confilegal, el doctor Yuste remarcó haber encontrado buena recepción del tema a su paso por el Congreso en febrero. "He notado mucha percepción por el problema de las nuevas tecnologías por parte de los diputados y esto pues puede llevar a una situación en la cual España se involucre en neuroderechos como líder". 

"Puede ser líder en Europa", enfatizaba. "No será el primer país del mundo, pero podría ser el primer país en Europa que tenga cierta protección de la actividad cerebral. No es una locura pensar que España podía liderar la avanzadilla de Europa en ese tema".

De hecho, cuando el Gobierno presentó la Carta de Derechos Digitales, la entonces vicepresidenta, Nadia Calviño, fue clara: "La Carta quiere ser una brújula que guíe nuestras propuestas jurídicas de futuro y asegure que los derechos de los que gozamos los españoles son iguales en el mundo online y en el mundo offline".

También en aquel año se lanzó una manifestación de interés para identificar propuestas sobre la aplicación de la IA en neurotecnología, el ecosistema SpainNeurotech.

Ese, Spain Neurotech, es el mismo nombre que recibe un proyecto entre Comunidad de Madrid y Gobierno de España para poner en marcha el Centro Nacional de Neurotecnología en un edificio del campus de la Universidad Autónoma de Madrid. Razón por la que España podría ser líder en Europa en neuroderechos, pero también en neurotecnología.

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