Noticias Posiciones editoriales

El filón de las minas de oro

hace un año - lunes, 17 de abril de 2023
El balance de 2022 para el oro fue más que positivo. El precio del metal amarillo alcanzó una revalorización en torno al 7%. Y este año las cosas tampoco le están yendo nada mal.
Invertir en compañías mineras puede ser una apuesta con potencial, pero también con elevado riesgo. Vea cómo llevarla a cabo.

Invertir en compañías mineras puede ser una apuesta con potencial, pero también con elevado riesgo. Vea cómo llevarla a cabo.

Efecto apalancamiento

En lo que llevamos de 2023 el oro sube algo más del 7%. Un tirón que también están viviendo de forma multiplicada las compañías mineras dedicadas a su extracción y, por ende, los fondos que apuestan por ellas; fondos que le recomendamos incluir en su cartera justo antes del actual subidón. Este comportamiento entra dentro de lo normal, dado el efecto apalancamiento que se da entre ambos. Y es que, por norma general, cuando el precio del oro sube las mineras además de ver subir el valor de sus reservas – ante un mismo esfuerzo de extracción – incrementan mucho sus beneficios al vender más caro su producto. Claro que, esta regla no siempre se cumple. Solo hay que echar un vistazo a 2022 para comprobarlo: mientras la onza de oro se revalorizó en torno a un 7%, los fondos de minas de oro perdieron de media en esa misma proporción. ¿Significa que se ha roto ese apalancamiento?
Los culpables de este comportamiento de las compañías auríferas, como les ha pasado a otras industrias, han sido los costes de explotación. Según datos del World Gold Council, en 2022 estos costes alcanzaron un máximo histórico con un aumento interanual del 18% – una subida que casi triplicó la del metal amarillo – hasta llegar a los 1.276 dólares por onza. Y es que un conjunto de sucesos excepcionales ha provocado que extraer oro en 2022 haya sido más caro que nunca. A una pandemia que produjo una escasez de mano de obra en los principales países productores del metal amarillo, incrementando los costes de la mano de obra, se sumó el estallido de la guerra en Ucrania. El conflicto llegó para echar más leña al fuego de los precios, elevando los del petróleo y gas. Por consiguiente, subió el precio del gasóleo y otros costes energéticos imprescindibles en la industria minera; así como los precios de consumibles claves como el cianuro y los explosivos. 
Afortunadamente, con la relativa relajación de los precios esta espiral ascendente se tomó un respiro en el último trimestre del año: el coste de explotación medio cayó un 0,9% frente al trimestre anterior. Y los beneficios de las mineras de oro parece que marcarán nuevos máximos, lo que ha hecho despegar sus cotizaciones. Tras este subidón de dos dígitos en un par de meses de los precios de las mineras y, a su vez, de los fondos que invierten en ellas la pregunta lógica es, si ya ha llegado la hora de vender, mantener o comprar más acciones de estas compañías. Vea las respuestas a estas y otras cuestiones a diario en nuestra web y en nuestras publicaciones.
 

Compartir este artículo