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Guerra de Ferrara

El bajo Po en el s. XVI.[a]
Fecha 2 de mayo de 1482 – 7 de agosto de 1484
Lugar Italia
Resultado Paz de Bagnolo, que ratificó el momento de mayor expansión territorial de Venecia.
Beligerantes
Estados Pontificios (desde dic. 1482)
Ferrara
Nápoles
Milán
Florencia
Urbino
Mantua
Bolonia
Estados Pontificios (hasta dic. 1482)
Venecia
Génova
Montferrato
Comandantes
Ercole d'Este
Alfonso d'Aragona
Federico Montefeltro
Costanzo Sforza
Roberto Sanseverino
Roberto Malatesta
René de Lorena
Antonio Loredan
Damiano Moro
Girolamo Riario

La Guerra de Ferrara o Guerra de la Sal (en italiano: Guerra del Sale) fue un conflicto militar que desde abril de 1482 hasta agosto de 1484 enfrentó a casi todos los estados italianos.

El papa Sixto IV y su sobrino Girolamo Riario ofrecieron a la República de Venecia quedarse con el Ducado de Ferrara a cambio de su ayuda militar contra el Reino de Nápoles; durante las primeras fases de la guerra los venecianos ocuparon importantes plazas ferraresas, mientras en los Estados Pontificios se enfrentaban a los napolitanos.

A finales de 1482 el papa cambió de bando, dejando a Venecia sola en su lucha contra todos.

El conflicto finalizó con la paz de Bagnolo, firmada el 7 de agosto de 1484.

Contexto

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Italia en 1494.

Geografía política

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En 1454 el Tratado de Lodi había puesto fin a las Guerras de Lombardía y había unido a todos los estados italianos en la Santísima Liga, iniciando un periodo de equilibrio de poder en el que los cinco más grandes (los Estados Pontificios, el Reino de Nápoles, el Ducado de Milán y las repúblicas de Venecia y Florencia) convivían con varios pequeños principados, repúblicas y ciudades estado.

Desde finales del siglo XIII habían surgido en muchas comunas urbanas del centro y norte de Italia la institución de la signoria: una forma de gobierno centrada en un solo hombre o en una sola familia, de origen noble y economía pudiente, que con el apoyo de una parte relevante de la población ejercía el gobierno de facto de la ciudad, paralelamente a las instituciones oficiales y a veces por encima de ellas, como era el caso de los Médici en Florencia.

En el territorio perteneciente a los Estados Pontificios existía una institución similar, el vicariato, mediante el cual una familia gobernaba hereditariamente una ciudad como vasallos del papa a cambio del pago de un censo anual; era habitual en la Romaña, como en el caso de los Este en Ferrara y Módena, Bentivoglio en Bolonia, Manfredi en Faenza, Montefeltro en Urbino, Ordelaffi en Forlì , Malatesta en Rímini y Cesena, Baglioni en Perugia o Varano en Camerino. En los feudos del Sacro Imperio Romano Germánico, el gobernante tenía un título nobiliario como los Sforza en Milán o Gonzaga en Mantua.

Sin embargo en la práctica la situación estaba mal definida legalmente y los conflictos entre el papa y sus vicarios eran frecuentes. El papa podía tardar años en reconocer a los vicarios y las comunas tendían a independizarse.

La guerra de Toscana (1478-1480)

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En 1478 las relaciones entre los Estados Pontificios y Florencia se habían deteriorado hasta al punto de que el papa Sixto IV dispuso que el signore de Florencia Lorenzo de Médici fuera desalojado del gobierno. En abril tuvo lugar un atentado en el que Lorenzo resultó herido y su hermano Giuliano muerto, y en los disturbios posteriores fueron linchados el arzobispo Francesco Salviati y cerca de otras ochenta personas. En represalia, la alianza establecida entre los Estados Pontificios, Nápoles y Siena se enfrentó a la formada por Florencia, Milán, Venecia y Ferrara en la guerra de Toscana, hasta que en 1480 el asalto a Otranto por los turcos hizo necesaria la paz para unir a todos los italianos contra estos últimos.

Las gestiones diplomáticas dirigidas personalmente entre Lorenzo de Médici y Fernando I de Nápoles provocaron el descontento por igual en el Senado de Venecia y en el papa Sixto IV, que formaron su propia alianza.[1]

El papa Sixto IV, su sobrino Girolamo Riario (centro), el dux de Venecia Giovanni Mocenigo, el duque de Ferrara Ercole I d’Este, el signore de Florencia Lorenzo de Médici, el rey de Nápoles Ferrante I, el regente de Milán Ludovico Sforza y el marqués de Mantua Federico Gonzaga.

Casus belli

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El papa Sixto IV y su sobrino Girolamo Riario

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Desde que fue elegido papa en 1471, Sixto IV había llevado a cabo una intensiva política nepotística, favoreciendo a sus numerosos sobrinos con pingües oficios y beneficios eclesiásticos. Desde la muerte de Pietro Riario en 1474, su favorito era su hermano Girolamo, quien «hacía y deshacía como el mismo Santo Padre, y gobernaba los estados de la Iglesia, y daba audiencia y despachaba a los embajadores».[2]​ Después de casarlo con Caterina Sforza, hija del duque de Milán Galeazzo María Sforza, le había concedido el vicariato de Ímola; tras la muerte de Pino III Ordelaffi, el de Forlì, y ahora planeaba extender sus dominios anexionándose Faenza, gobernada por Galeotto Manfredi. Los casi setenta años del papa Sixto eran para Riario un aliciente para acelerar su planes de engrandecimiento.

Cercano al papa y a su sobrino se encontraba Virginio Orsini; cuando en 1480 murió su padre Napoleone debía haber heredado los condados de Alba y Tagliacozzo, en el Reino de Nápoles, pero el rey Ferrante los había vendido a los Colonna, y ahora Orsini planeaba derrocar al napolitano. Sixto IV y Riario secundaban sus planes, pero eran conscientes de que no podrían sostener una guerra contra Nápoles sin la ayuda de Venecia.

Las relaciones de la Santa Sede con Ercole d'Este eran tensas. Ferrara pertenecía a los Estados Pontificios, y Ercole la gobernaba por delegación del papa, pero en los últimos años se había enorgullecido e independizado. Ya en 1475 el papa le reprochaba su retraso en pagar el censo anual, en la pasada guerra de Toscana había colaborado con la liga antipapal y Ercole prohibía la publicación de cartas apostólicas en el territorio bajo su gobierno.[3][4]

La República de Venecia

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Giovanni Mocenigo, dux de Venecia.

La República de Venecia había zanjado su guerra contra los turcos con la firma del Tratado de Constantinopla de 1479, y se encontraba libre para volver su atención hacia la Terraferma. Practicando una política expansionista, la República aspiraba a controlar la cuenca del Po por la que su flota comercial tenía acceso hacia el interior de la península italiana y las salinas de Comacchio de las que se abastecían de sal.

Las relaciones de Venecia con la Casa de Este había sido amistosa en los años pasados: la República había ayudado a Niccolò d'Este a ocupar Módena y Reggio y le había cedido Polesine, y también había prestado su apoyo a Ercole d'Este contra los intentos que su sobrino Niccolò llevó a cabo en 1476 para derrocarle del gobierno de Ferrara.

El duque de Ferrara Ercole d’Este y su hermano Sigismondo.

Pero poco después las cosas se torcieron. El matrimonio de Ercole con Eleonora d'Aragona, hija del rey de Nápoles Ferrante I, no había sentado bien en el senado de Venecia por los manejos del napolitano en llevar la guerra a Venecia para su propio provecho. Eran constantes las discusiones por los límites de la frontera entre Ferrara y Venecia, y se acusaba al duque de cobrar aranceles a los barcos venecianos que comerciaban por el Po y de permitir el contrabando de sal de las salinas de Comacchio, que según las estipulaciones eran exclusivas de Venecia. El visdomino Giovanni Vettor Contarini que Venecia mantenía en Ferrara para impartir justicia a sus nacionales hizo arrestar a un sacerdote por una cuestión de deudas, y el vicario del obispo de Ferrara le excomulgó por haber violado la inmunidad eclesiástica, lo que el Senado veneciano consideró un atentado contra el honor de la República.[5][6][7][8][9]

Planes de guerra

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En septiembre de 1481 Girolamo Riario viajó a Venecia para exponer sus planes: tras el derrocamiento de Ferrante I, Nápoles quedaría para los Estados Pontificios, la República podría quedarse con Ferrara, y Riario con Lugo y Bagnacavallo. Después de las oportunas deliberaciones, el Senado veneciano acordó ir a la guerra.


Alianzas

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Pronto la guerra inminente involucró a todos los estados italianos. A la alianza formada por los Estados Pontificios y Venecia se unieron la República de Génova, el marqués de Montferrato Bonifacio Paleólogo,

y el conde de San Secondo Pietro Maria de' Rossi, de Parma, que desde febrero soportaba los ataques de Gian Giacomo Trivulzio y Sforza Secondo Sforza. En su apoyo la república contrató también la condotta de Obietto y Gian Ludovico Fieschi.[10]

Y los Orsini. Girolamo Riario tenía el mando de las tropas pontificias como capitán general de la Iglesia y Roberto Malatesta era el general de las tropas venecianas. Roberto Sanseverino recibió el cargo de lugarteniente general, con una condotta de 80.000 ducados,[11][12]​ con sus hijos Gaspare y Antonio también participaban.[b]


Ferrara tenía también los suyos. , Ludovico Sforza, regente del Ducado de Milán, estaba prometido con la hija del duque de Ferrara Beatriz de Este,

la República de Florencia no tenía ejército estable, confiando su defensa a condottieros externos.[13]​ Federico Gonzaga, del Ducado de Mantua formaba parte de la liga, pero descontento con el atraso en las pagas que el milanés le hacía por su condotta y constreñido entre Milán y Venecia, se rumoreaba que tenía tratos con los venecianos.[14]

El Reino de Nápoles tenía a los Estados Pontificios entre su territorio y Ferrara.

El signore de Bolonia Giovanni II Bentivoglio y el duque de Urbino Federico da Montefeltro también se adhirieron a la liga, a pesar de que ambos pertenecían a los Estados Pontificios igual que Ferrara. Los Colonna de Paliano y los Savelli

El veterano Federico de Montefeltro, era general de la liga ferraresa. Roberto Malatesta era yerno de Federico da Montefeltro

A la situación vino a sumarse la rivalidad entre las principales familias de Roma, los Colonna y Della Valle por un lado y los Orsini y Santa Croce por el otro. A pesar de los esfuerzos de los cardenales Giulio della Rovere y Stefano Nardini por amistarlos, en abril tuvo lugar un altercado en el que murió Girolamo Colonna, hermano del cardenal Giovanni Colonna y del condotiero Prospero Colonna; el papa desterró a los Santa Croce.[15][16][17]

Comienza la guerra

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Ferrara en el s. XVI en el Libro de las Materias Marinas de Piri Reis.

Los venecianos atacan Ferrara

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A finales de abril el ejército veneciano bajo el mando de Roberto Sanseverino y Antonio Loredan cruzó el río Adige a la altura de Legnago. El 30 de este mes un grupo de trescientos gastadores bajo el mando de Antonio di Marsciano comenzó la construcción de un puente de fajinas de cinco millas de largo sobre el pantano que el río Tartaro formaba al norte de Melara.[a]​ El 2 de mayo el Senado de Venecia hizo pública la declaración de guerra contra Ferrara,[18][19]​ y el día 3 las tropas de Sanseverino cruzaron el puente en dirección al sur sorprendiendo a los ferrareses, que les esperaban por la zona más accesible de Rovigo, mientras en una maniobra envolvente la flota fluvial de Venecia dirigida por Damiano Moro remontaba el Po con cerca de trescientas pequeñas embarcaciones, dieciséis fustas, setenta galeones, diez naves de transporte y dos baterías flotantes.[20]

El duque de Urbino Federico da Montefeltro.
Roberto Sanseverino.

Con facilidad los venecianos consiguieron tomar Melara, Bergantino, Castelnuovo, Adria, Ostiglia, Polesella y Comacchio; más difícil fue la conquista de Ficarolo, que resistió un asedio de cuarenta días mientras las fuerzas de la liga, desde Stellata al otro lado del Po, las ayudaban con la artillería. En agosto cayeron también Rovigo, Lendinara y Badia, con lo que los venecianos quedaron dueños del Polesine y de todo el territorio al norte del Po. Sigismondo d'Este (hermano del duque de Ferrara) y Giovanni Bentivoglio (signore de Bolonia) dirigieron las tropas de la liga durante los primeros días hasta la llegada de Federico da Urbino, con la participación ocasional del duque Ercole d'Este.[21][22][23][24][25][26][27][28][29]​ A modo de desafío, Sanseverino envió un zorro enjaulado a Montefeltro.

Los napolitanos amenazan Roma

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Entretanto, a mediados de abril de 1482 las tropas napolitanas bajo el mando del duque de Calabria Alfonso d'Aragona, que incluían varios cientos de jenízaros unidos a ellos en Otranto, junto con las de los Colonna, entraron en los Estados Pontificios dispuestos a avanzar hacia Ferrara, pero el papa se negó a permitirles el paso por sus territorios.

Amenazando con marchar sobre Roma, tomaron sin resistencia Albano, Castel Gandolfo y Civita Lavinia, mientras la flota enviada por el rey de Nápoles a las costas romanas conquistaba Terracina y Benevento y el ejército florentino bajo el mando de Costanzo I Sforza y Niccolò Vitelli ocupó Città di Castello, antes de que las tropas pontificias de Girolamo Riario, Niccolò di Pitigliano, Virginio Orsini y Antonio Maria Pico della Mirandola estuvieran preparadas para enfrentárseles.

Por estas fechas fueron encerrados en el Castel Sant'Angelo los cardenales Giovanni Battista Savelli y Giovanni Colonna por su presunta implicación a favor de Nápoles, y se extendió por las costas napolitanas de Apulia y Calabria la flota naval veneciana de Vettor Soranzo.[30][31][32][33][34][35]​ El papa solicitó la ayuda militar del rey Luis XI mediante el nuncio Raymond Péraud, pero el francés ignoró la propuesta.[36]


Prospero Colonna.


Mientras Siena estaba envuelta en sus propios problemas[37]​ y desde Basilea Andrea Zamometić amenazaba con un concilio.[38]


Roberto Malatesta, general de Venecia.

Reclamado por el papa, el 23 de julio llegó a Roma Roberto Malatesta, nombrado confaloniero de la Iglesia en lugar del duque de Urbino. Ell 21 de agosto el ejército de Malatesta y el del duque de Calabria se enfrentaron en la batalla de Campomorto,[c]​ en la que el primero derrotó contundentemente al segundo. El de Calabria consiguió huir, embarcándose en una galera napolitana en Nettuno.[39][40][41][42][43][44][45][46][47]


La epidemia de peste

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Simultáneamente a la guerra, todos los bandos en conflicto tuvieron que afrontar la epidemia de peste que se desató en el verano de 1482. Enfermo desde su victoria en Campomorto, Malatesta fue trasladado a Roma, donde murió el 10 de septiembre,[48][49]​ y en el plazo de un par de meses murieron también Pier Maria de Rossi en Langhirano (Parma) dejando el mando de sus tropas a su hijo Guido, Jacopo Orsini, Federico da Montefeltro en Ferrara que fue sustituido por Sforza Sforza, los venecianos Antonio Loredan y Damiano Moro y el embajador de Milán en Ferrara Sagramoro Sagramori. Solo en Ferrara hubo ese año y el anterior 12.000 muertos.[50][51]

También Roberto Sanseverino, que hubo de retirarse a Padua,[52]​ y Ercole d'Este, que dejó el gobierno de Ferrara a su mujer.

Por estas fechas Cem (príncipe) se acogió en Rodas a los caballeros de Jerusalén.

Venecianos ante Ferrara

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A principios de noviembre las tropas venecianas ya habían tomado Argenta y apoyadas por la armada de Vettor Soranzo amenazaban la capital Ferrara, donde el duque enfermo no podía ejercer. [53]



El papa cambia de bando

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Tras la muerte de Malatesta las tropas venecianas regresaron al norte, dejando al papa a su suerte. El duque de Calabria reunió sus tropas y volvió sobre los Estados Pontificios. Los Orsini amenazaron con tomar el partido que les fuera más conveniente si no recibían refuerzos en breve, exasperados por la conducta egoísta de Riario, quien atraído por tomar posesión de la signoria de Rímini (anteriormente de Malatesta) cesaba en su interés contra Nápoles. Sixto IV, considerando que no le convenía que Venecia creciera demasiado y que Ferrara pertenecía a los Estados pontificios, cambió de planes; el 28 de noviembre ajustó una tregua con el duque de Calabria, y el 12 de diciembre se firmó un acuerdo de paz entre el papa por un lado y Nápoles, Milán y Florencia por el otro, en el que se estipulaba la conservacion de Ferrara para los Este, la restitución mutua de todas las plazas conquistadas y una alianza de veinte años, a la que Venecia podría adherirse cuando lo quisiera.[54][55][56][57]

Venecia contra todos

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Sin embargo los venecianos rechazaron contundentemente la oferta de paz planteada en diciembre de 1482 por el embajador pontificio Sigismondo dei Conti, dispuestos a proseguir la guerra contra todos «aunque tuvieran que aliarse con los turcos».[58][59]

Ferrara recibe refuerzos

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En enero de 1483 las tropas de Alfonso de Calabria llegaron a Ferrara. A la vista del estandarte veneciano, un numeroso grupo de turcos que militaban en las filas napolitanas pasó al servicio de Venecia, y el de Calabria mandó ejecutar a los demás.[60]

El 7 de febrero se reunieron durante seis días en Cremona el duque de Calabria Alfonso d'Aragona, Ludovico Sforza, Lorenzo de Médici, Giovanni Bentivoglio, Federico Gonzaga y su hermano el legado pontificio Francesco Gonzaga, y se acordaron para quedar en defensa de Ferrara, nombrando al de Calabria como capitán general de la liga. Un mes después en Pontelagoscuro Roberto Sanseverino recibió a Gabriele Loredan y Giacomo di Mezo, que enviados por el Senado de Venecia decidieron proseguir la guerra y poner asedio a Ferrara.[61]​ Fue por estas fechas cuando murió el marqués de Montferrato Guillermo VIII Paleólogo, a quien sucedió su hermano Bonifacio.

El 11 de marzo el ejército de Sanseverino cruzó el Po y avanzó sobre Ferrara, Además de la guerra, Ferrara estaba condicionada por la carestía de los productos más básicos y el hambre de la población.[62][63]​ En el campo veneciano las cosas no andaban mejor, con los soldados de Sanseverino reclamando sus pagas.[64]​ En marzo hubo en Módena cerca de ochenta muertos, en una reyerta entre gûelfos y gibelinos.[65]

Sin embargo la estación del año no era propicia para combates sino para escaramuzas; el grueso del ejército veneciano se retiró a sus cuarteles a pasar el invierno y en parte a restablecerse los muchos enfermos, hasta que en junio decidieron ordenar las tropas y reanudar la campaña.[66]

René II, duque de Lorena.

En junio llegó a Lagoscuro el duque de Lorena René II, que como pretendiente al trono de Nápoles era el enemigo natural del rey Ferrante. La idea de Venecia era que el de Lorena debía dirigir el asedio a Ferrara, mientras Sanseverino marchó con todo su ejército a las orillas del Oglio, en los confines de Milán, donde se encontraba el grueso de las tropas de la liga. Sus hijos Gian Francesco y Galeazzo Sanseverino pasaron a las filas de Milán, probablemente pensando en el bien de la familia en caso de un acuerdo entre las partes en conflicto.[67][68]

Costanzo Sforza, que había terminado su condotta con Florencia, pasó a las filas de Venecia, y Florencia contrató en su lugar a Niccolò di Pitigliano. El duque de Camerino Giulio Cesare da Varano fue también tentado por Venecia, pero rehusó alegando la posiblidad de perder sus estados, enclavados en los Estados Pontificios. En el mar, la marina veneciana se enfrentaba con Bernardo II de Vilamarí cerca de Génova y con Federico d'Aragona en el Adriático.[69]



Censuras eclesiásticas contra Venecia

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En febrero de 1483 el papa instaba a Venecia a terminar la guerra y restituir a Ferrara las plazas conquistadas, y amenazaba con promulgar censuras eclesiásticas en caso contrario. En marzo la república retiró a su embajador en la Santa Sede Francesco Diedo, apeló contra la aplicación de las censuras y reclamó la convocatoria de un concilio, que según lo establecido en el Concilio de Constanza debía celebrarse cada diez años, pero que en la práctica no había tenido lugar desde el el de Florencia clausurado en 1445. En mayo el papa dictó la excomunión de todos los súbditos de Venecia y el entredicho en todo su territorio, desoyendo la apelación de las autoridades venecianas y las protestas de los cardenales venecianos en la Curia, Marco Barbo, Pietro Foscari, Giovanni Battista Zeno y Giovanni Michiel.[70][71][72][73][74][75]


El 21 de junio de 1483 Guido de Rossi debió abandonar San Secondo. En la paz de Bagnolo, los Rossi fueron olvidados.

Disturbios en Roma 1484 entre Colonna y Orsini[76][77]

Costanzo I Sforza.







La paz de Bagnolo

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El conflicto finalizó con el Tratado de Bagnolo, firmado el 7 de agosto de 1484. Venecia retiró las tropas que ocupaban Ferrara y Ercole cedió el territorio de Rovigo, en la Polesine, que había sido conquistado por los venecianos en las primeras fases de la guerra. Ercole consiguió evitar que los Estados Papales absorbiesen Ferrara, sede de los Este.[78][79]

La Paz de Bagnolo confirmó la expansión de Venecia en terra firma, adquiriendo la ciudad de Rovigo y una amplia franja del fértil del delta del Po. Bagnolo supuso la mayor extensión de la República de Venecia, que nunca volvió a tener control sobre un territorio tan extenso ni volvió a tener tanta influencia como la alcanzada en la segunda mitad del siglo XV.

Sin embargo, a Sixto IV le disgustó mucho que no hubiese sido consultado para negociar los términos de la paz: "La noticia literalmente mató a Sixto. Cuando los embajadores le comunicaron los términos del tratado explotó en un violento ataque de ira, y declaró que la Paz era vergonzosa y humillante. La gota que sufría le subió hasta el corazón, y al día siguiente— 12 agosto 1484— falleció".[80][81]

La guerra fue el tema de un poema anónimo titulado La guerra di Ferrara.[82]

Notas

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  1. a b La geografía del bajo Po cambió desde el terremoto de Ferrara de 1570, el corte artificial de Porto Viro en 1600 y las inundaciones de 1882 y 1951. Para la configuración del área en la época, véase Sanuto, Marino (1847). Itinerario per la terraferma veneziana nell' anno MCCCCLXXXIII (en véneto). Padua. 
  2. Roberto Sanseverino y Ludovico Sforza eran primos.
  3. Actual Campoverde, en Aprilia.

Referencias

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  1. Piva, pp. 35-69.
  2. Cobelli, p. 259.
  3. Conti, I, pp. 114-120.
  4. Pastor, pp. 318-321.
  5. Sanuto, pp. 4-7.
  6. Malipiero, pp. 251-255.
  7. Romanin, pp. 401-405.
  8. Cazzola, pp. 9-19.
  9. Cappelletti, pp. 5-8.
  10. Deputazione, pp. 269-270.
  11. Deputazione, p. 268.
  12. Casiraghi, pp. 297-298.
  13. Mallet,
  14. Mantovani.
  15. Conti, I, pp. 134-137.
  16. Infessura, pp. 87-89.
  17. Gregorovius, pp. 268-272.
  18. Sanuto, pp. 11-12.
  19. Romanin, pp. 405-406.
  20. Para la composición de la flota veneciana, véase Levi.
  21. Cagnola, pp. 182-183.
  22. Sanuto, pp. 11-42.
  23. Malipiero, pp. 258-261.
  24. Zambotti, pp. 104-110.
  25. Bianchi, pp. 58-62.
  26. Dallari, pp. 76-77.
  27. Cappelletti, pp. 9-28.
  28. Mantovani.
  29. Moro, 29-40.
  30. Gherardi, pp. 98-105.
  31. Infessura, pp. 89-96.
  32. Malipiero, pp. 261-264.
  33. Cappelletti, pp. 22-25.
  34. Gregorovius, p. 272.
  35. Pastor, pp. 322-325.
  36. Reumont, p. 200.
  37. Casanova, pp. 97-101, 113-119.
  38. Pastor, pp. 327-334.
  39. Conti, I, p. 142 y ss.
  40. Infessura, pp. 102-104.
  41. Sanuto, pp. 39-40.
  42. Bernardi, I, p. 108 y ss.
  43. Zambotti, pp. 112-113.
  44. Cappelli, pp. 32-33.
  45. Tonini, pp. 285-286, 383-392.
  46. Gregorovius, pp. 272-275.
  47. Pastor, 334-337
  48. Tonini, pp. 287-291, 393-395.
  49. Pastor, pp. 337-339.
  50. Muratori, p. 244.
  51. Cappelletti, pp. 30-31.
  52. Sanuto, pp. 41-42.
  53. Sanuto, pp. 45-55.
  54. Sanuto, pp. 55-56.
  55. Sismondi, p. 242.
  56. Gregorovius, pp. 276-277.
  57. Pastor, pp. 340-341.
  58. Sanuto, pp. 56-59.
  59. Conti, I, pp. 158-165.
  60. Sanuto, pp. 60-64.
  61. Sanuto, pp. 65-66.
  62. Sanuto, p. 68.
  63. Zambotti, pp. 114-115.
  64. Sanuto, p. 72.
  65. Sanuto, p. 76.
  66. Sanuto, pp. 73-77.
  67. Sanuto, pp. 78-79.
  68. Casiraghi, pp. 300-301.
  69. Sanuto, pp. 82-83.
  70. Sanuto, pp. 80-81.
  71. Conti, I, pp. 413-419.
  72. Dalla Santa, pp. 216-227, 235-241.
  73. Pastor, pp. 342-348.
  74. Rinaldi, a. 1483, 8-21.
  75. Cappelletti, pp. 65-99.
  76. Gregorovius, pp. 278-283.
  77. Pastor, pp. 348-354.
  78. Sanuto, pp. 141-143.
  79. El texto del tratado, en Lünig, Johann Christian (1732). Codex Italiae diplomaticus (en italiano) III. Frankfurt. pp. 125-146. 
  80. Sismondi, pp. 246-249.
  81. Pastor, pp. 354-356.
  82. Anónimo (1505). La guerra de Ferrara (en italiano). 

Bibliografía

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Fuentes primarias

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  • Anónimo (1733). Argelati, Filippo, ed. Diarium parmense (en latín). Milán. pp. 247 et seq. 
  • Bianchi, Jacopino de' (1861). «Cronaca modenese». Monumenti di storia patria delle provincie modenesi (en italiano) (Parma) I. 
  • Cagnola, Giovan Pietro (1842). «Chronache milanesi». Archivio Storico Italiano (en italiano) (Florencia) III. 

Fuentes secundarias

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