Una casa al lado del lago Maggiore de Italia que mezcla arte contemporáneo y piezas antiguas
Rodeada de un inmenso jardín, esta casa se asoma al lago Maggiore, en Lombardía (Italia). En su interior se ha creado una asombrosa armonía mezclando arte contemporáneo con piezas antiguas.
Cuando se pasa la mitad del año viajando por motivos profesionales, es fundamental disponer de un hogar acogedor al que regresar. Esto es lo que sucedió con Giovanni Triberti y Stefano Paini.
Se trata de una pareja de profesionales italianos que se dedican al mercado inmobiliario de lujo en la zona del lago Maggiore italiano, que pasan mucho tiempo en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y viajan por todo el mundo, pero solo se sienten en casa en este lugar.
Después de recorrer el lago de arriba abajo buscando una casa a la altura de sus expectativas, por fin descubrieron una en venta, e inmediatamente decidieron comprarla. Se enamoraron de ella desde el primer instante, y desde que la adquirieron allá por 2010, no han dejado de felicitarse por su decisión.
Casa del Lago Maggiore de Italia
La casa está situada en Angera, uno de los pueblos más exclusivos del lago Maggiore (Lombardía), a un paso de las playas mejor conservadas del lago. La propiedad linda con el parque de la Fortaleza Borromeo, que acoge uno de los castillos medievales más antiguos y mejor conservados de Italia que, enmarcado en un maravilloso Jardín Medieval, incluye un museo de las Muñecas y del Juguete, el mayor de Europa.
En el dormitorio principal, situado en la segunda planta de la casa, un muro cubierto con grabados de pájaros del siglo XIX potencia el sentido aéreo de este espacio, dominado por una inmensa araña de cristal de la misma época.
La casa de Giovanni y Stefano está rodeada por un jardín privado de 6.000 metros cuadrados, que posee árboles muy antiguos, un muro de palmeras e infinidad de rododendros, azaleas y camelias.
El edificio tiene tres plantas que suman 350 metros cuadrados habitables. En la planta baja hay un pequeño spa de mármol travertino con duchas, un aseo y una piscina cubierta climatizada de 12 metros de largo. La zona de la piscina está conectada con el jardín y se puede descubrir totalmente.
Salón, situado en la primera planta, con sofá de terciopelo, de Porro.
En el mismo nivel, en la parte de atrás, está la zona de lavandería, la sala de caldera y la bodega. En la primera planta está la cocina, el comedor, un salón y un aseo para invitados. Hay, además, un jardín de invierno con vistas al parque, ideal para leer y relajarse, que se une con el salón y con una gran terraza.
En la segunda planta hay dos habitaciones con cuarto de baño, un gran vestidor y una habitación de invitados, también con cuarto baño en suite.
La cocina, en la primera planta, conecta directamente con el comedor.
La finca cuenta también con una casita de invitados, dispuesta frente a la entrada trasera de la casa principal y el jardín, de 50 metros cuadrados repartidos en dos plantas, con un dormitorio doble, un despacho/estudio, una cocina americana y un baño con ducha.
La renovación de la casa llevó casi dos años, pues hubo que reconstruir totalmente los techos, cambiar todas las instalaciones eléctricas y de fontanería, aunque pudieron conservar algunos de los suelos originales –de madera, baldosa hidráulica y terracota–, las puertas y los cristales emplomados.
Baño del dormitorio principal con espejos diseñados por Anna Triberti, el marco está cubierto con seda antigua.
Giovanni y Stefano querían que el resultado final diese la impresión de que no se había tocado nada, excepto los cuartos de baño y la piscina cubierta, que originalmente era un invernadero. Hubo que excavar mucho, pero por fortuna el primer dueño de la casa era un ingeniero que en su día encargó una estructura muy sólida.
Un jardín de ensueño. Bajo la parra, mesa y banquetas de sólida estructura para comer al aire libre en medio de la naturaleza.
El jardín que rodea la casa fue también un “ejercicio de salvación”, ya que la maleza lo había convertido en un terreno casi inaccesible. A Stefano y Giovanni les gustan las mezclas de estilos y tendencias, y siempre les ha apasionado la arquitectura y el diseño interior. Les encanta coleccionar obras de arte, tanto contemporáneas como antiguas.
De modo que se dedicaron a buscar piezas de época en tiendas de antigüedades y en mercados callejeros, en su mayoría italianos.
La idea detrás del diseño interior era mantener la calidez de una casa de época, pero actualizándola con muebles que fueran “más irónicos que icónicos”. Así, hoy pueden disfrutarse, repartidas por la toda la casa, piezas de Marcel Wanders, Matteo Thun, Tom Dixon, Gio Ponti o Anna Triberti.
