Medio vivienda medio tienda de flores, así es esta casa de Italia
Medio vivienda y medio tienda de flores, familiar y con carácter norteuropeo, así es esta casa, un escenario cálido en el que vivir una navidad de estilo nórdico, donde lo importante es el calor humano.
Nos encontramos en el interior de un apartamento de estilo norteuropeo en el corazón de Bolonia (Italia). Una joya espontánea y ajena a los clichés italianos, creada por Annalisa Lo Porto, florista, su marido Francesco Dal Bo y sus hijos Lorenzo y Leonardo.
En esta casa, la decoración tiene estilo nórdico. Annalisa, cuya vocación es llevar la naturaleza a la ciudad, ha creado un espacio cálido para pasar las jornadas en familia entre pieles de tonos beige, arreglos florales hechos con plantas de hoja perenne, semillas, frutos invernales y líquenes y cerámicas de formas orgánicas.
Nada es más navideño ni más italiano que estar en familia. En casa de los Dal Bo, las jornadas de celebración, las comidas con amigos y los largos desayunos se celebran dentro de un universo estético limpio, en el que predominan los colores de esa naturaleza aletargada del invierno, las cerámicas naturales, el vidrio soplado con reflejos ámbar, nada es estridente, todo invita al sosiego y al recogimiento.
Y es que, para la familia, lo natural es la base de su filosofía y su negocio. "En el año 2000, la ecología y la importancia de la naturaleza no estaba tan presente en la vida de la gente. Yo estaba fascinada por ese potencial y por eso creé Fló", dice Annalisa sobre su tienda de flores, situada en la planta baja de la vivienda.
Sus creaciones para celebrar las fiestas están repartidas por toda la casa, cuya estructura es muy personal. "Francesco la rediseñó inspirándose en lo que había visto en sus viajes al norte de Europa. Los suelos y paneles los hicieron artesanos y, como Francesco es un radical contra las marcas, no llenamos el espacio de productos fabricados en serie", cuenta Annalisa.
En su hogar, Annalisa y Francesco siguieron sus instintos para recrear una atmósfera ligada a los recuerdos, a los rituales familiares. Se percibe en las bicis colgadas a la entrada, en el fuego de la chimenea, que a veces se enciende incluso en verano, en la gran cocina, y se disfruta en cada detalle de la casa, donde se manifiesta una manera diferente de celebrar la Navidad.
Decoración
Una casa de Ibiza del siglo XIX con un balcón que te enamorará a primera vista
Amaya de Toledo
Finas columnas de hierro separan el salón de la cocina. Las piezas de vidrio sobre la alacena son antiguos contenedores de mostaza, cuyas tapas se usan como cubrevelas. Las almohadas y los cojines son de Borgo delle Tovaglie.