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Arínzano: te descubrimos la historia detrás de una de las bodegas más relevantes de nuestro país

Convertida en uno de los enclaves enológicos más destacados a nivel nacional, esta bodega a pies de la montaña navarra esconde una milenaria historia de misterio, vanguardia y dedicación por el buen vino.

Arinzano

Arínzano: te descubrimos la historia detrás de una de las bodegas más relevantes de nuestro país

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La historia de Arínzano trasciende todo lo conocido dentro del sector vinícola nacional. Todo se remonta al año 1055, cuando el aragonés Sancho Fortuñones recibe esta hacienda como regalo del Rey García Sánchez VI por haber salvado su vida y restablecerlo en el trono de Navarra. Fue a raíz de esta concesión cuando Arínzano empieza su camino hacia lo que es hoy, pasando de Fortuñones a una comprometida comunidad de Monjes que iniciarían esta trayectoria vinícola, cultivando las primeras cepas en la hacienda navarra. Pero estos monjes no serán los únicos encargados de esta evolución.

De estos, Arínzano pasa a ser propiedad de nuevas generaciones de nobles e importantes sagas familiares, siento estas las responsables de dar forma a cepas como la Chardonnay, la Merlot y la Tempranillo, algunas de las más relevantes actualmente de Arínzano. Una casi milenaria historia en el camino de la viticultura Arínzano, que llevó a estas bodegas a conseguir en el año 2007 la prestigiosa denominación Vino de Pago, máxima categoría de un vino en España.

Ahora bien, ¿dónde reside el verdadero valor de los vinos que se elaboran en Arínzano? Desde su origen, la finca de Arínzano cultiva el misterio del tiempo y la naturaleza en cada una de sus uvas. Todo gracias a su estupenda ubicación, situada en un valle incomparable cerca de Estella, Navarra, donde la piedra, la tierra y el agua dan lugar a un terruño excepcional.

Arinzano

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Para conocer en mayor profundidad la historia y vocación ligada al vino de esta bodega, charlamos con su director técnico, José Manuel Rodríguez Aguado, entre sus viñedos, atravesados por el río Ega y acariciados por el viento Cierzo.

¿Por qué te dedicas al vino?

El vino desde la infancia siempre estuvo muy presente en mi vida, en la cultura y tradiciones, explica Rodríguez Aguado. Soy de un pequeño pueblo de Zamora (Fuentespreadas), de la comarca Tierra del Vino. He crecido rodeado de viñas, por lo que es como si estuviera predestinado (ríe).

Cuando le preguntamos qué consejo le daría a alguien que está empezando en la enología, José Manuel lo tiene claro: que busque la honestidad en lo que haga y que tenga su propia filosofía y líneas de trabajo. Siempre bajo la bandera de la humildad. Una honestidad y profesionalidad que Arínzano ha sabido acoger y mejorar gracias a “su clima, suelo y la adaptación de sus variedades. Por ello es el primer Vino de Pago del norte de España. Un vino de terroir, de paraje, de origen, singular y muy de verdad” apunta el enólogo. Creo que es una finca muy singular que consigue adaptar las variedades más míticas de nuestro país vecino, Francia, (Chardonnay y Merlot), produciendo vinos únicos y singulares… Tenemos mucha suerte”, continúa.

¿Lo más bonito de tu labor?

El orgullo de crear algo que puede despertar emociones y sentimientos en otra persona. Cada vino para mí es una obra de arte que hacemos para el disfrute sensorial del otro.

Arinzano

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Una obra de arte, con alma y gusto, que reposa en la mesa de cientos de hogares y que, en la mesa de José Manuel Rodríguez Aguado, no falta en forma de ‘A de Arínzano’. “Para mí es de los vinos más exigentes y complicados de guiar y crear, es como un perfume delicado y elegante. Es un acierto, super gastronómico y que gusta a todo el mundo. Además, le sientan muy bien los años. Por eso encaja estupendamente en cualquier tipo de situación”, nos explica.

Vinos embotellados del Chardonnay Lab, la última gran creación de Arínzano

Como nos explica Rodríguez Aguado, se trata de un proyecto que tiene como objetivo sacar el mayor potencial de la famosa uva blanca. Se trata de Arínzano Pureza y Arínzano Armonía. El primero es un blanco en el que destaca la mineralidad, los aromas a monte, con cuerpo, textura cremosa y equilibrio. El segundo es un blend que combina tres tipos de crianza, pero preserva el origen de la uva, aporta complejidad y mantiene la frescura.

Un proyecto de vanguardia, con el que Arínzano sigue expandiendo su buen hacer dentro del sector vinícola, sin olvidar el sabor y la calidad propios de su denominación de origen. Combinando gusto, tacto y emoción para crear resultados únicos.

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No hay duda: Arínzano es una parada obligatoria si visitas Navarra. “Habrá un antes y un después con respecto a una visita habitual a bodega. Se trasladará en el tiempo, palpará la historia de 1000 años atrás, junto al contraste con la modernidad arquitectónica y enológica. Degustará vinos que no le dejarán indiferente, donde percibirá lo que hoy llaman terroir. Vinos cargados de singularidad.” finaliza Jose Manuel Rodríguez Aguado.

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