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Charlamos junto a Inge Kormelink sobre el papel de la mujer como directiva sanitaria

Con un equipo profesional formado al 95% por mujeres, Tambre se consolida como una de las clínicas de fertilidad pioneras en los derechos de la mujer.

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Con más de cuatro décadas de experiencia, la Clínica Tambre ha pasado por todo tipo de situaciones a lo largo de los años. Desde su lanzamiento, como clínica pionera en medicina reproductiva, hasta su crisis en la que entra en escena Inge Kormelink, actual CEO de Tambre. Mujer, madre y profesional a partes iguales, Inge entró en Tambre como un soplo de aire fresco para hacer frente a un problema de largo recorrido.

“Fue un giro inesperado en mi trayectoria, pero ha sido una experiencia increíblemente enriquecedora. Después de completar mis estudios universitarios tanto en los Países Bajos como en Francia, tuve la oportunidad de trabajar en varias multinacionales de renombre, lo que me llevó a vivir en cinco países diferentes hasta aterrizar en España por amor”, nos comenta Inge.

Con tesón y el fuerte apoyo de todo el equipo, Inge Kormelink logró remontar una clínica en declive estructural, y posicionarla entre las mejores de España y de Europa. “Cuando entré en Tambre tenía muy claro que podía ser un éxito. Cuando llegué estaba en decrecimiento y lo primero que hice fue parar este declive. Ahora nos hemos transformado en una clínica premium, ofreciendo tecnología de vanguardia, unidades especializadas por idiomas y tratamientos personalizados para dar soluciones a casos muy complejos”, añade la profesional.

Ahora, seis años después de su llegada como CEO de Tambre, Inge Kormelink reconoce que el camino de una mujer directiva no es fácil, pero se siente orgullosa y satisfecha de lo alcanzado hasta la fecha y ve, en el 8 de marzo, una fecha crucial para la reivindicación. “Aunque se ha avanzado mucho, aún vemos que hay mujeres que llegan, pero también muchas que fracasan porque hay mucha resistencia a aceptar que una mujer sea líder en cualquier sector. En España aún predomina el varón en los roles directivos. Tenemos que seguir trabajando para promover la igualdad de oportunidades para todas las personas”, explica Kormelink.

Inge Kormelink, CEO de Clínica Tambre

Inge Kormelink, CEO de Clínica Tambre

“Personalmente, mi camino hasta aquí no ha sido sencillo. He tenido que superar muchas resistencias. Aunque es imposible saber si habría enfrentado menos dificultades de ser hombre, estoy convencida de que mi visión, formación y experiencia han sido piedras angulares en mi desarrollo profesional y en mi posición actual”, añade la CEO de Tambre.

Y es que, lo que en tiempos pasados era impensable, por la escasa representación de la mujer en los ámbitos científicos y médicos, hoy se le ha dado la vuelta. No hay más que ver las universidades y el porcentaje de jóvenes femeninas que llenan sus aulas. “En Tambre creemos firmemente en la igualdad y en la participación equilibrada de hombres y mujeres, con las mismas oportunidades, derechos y responsabilidades. Lo creemos y lo llevamos a la práctica”, comenta la directiva.

Mujeres que trabajan para mujeres

Además, este tono de igualdad se traslada al propio trato con las usuarias de Clínica Tambre, compartiendo un sentimiento de unidad bajo el paraguas de la fertilidad. Como comenta Inge, “mi propia experiencia me ha enseñado el dolor de la infertilidad, esta sensación de incertidumbre y a veces desesperación. Por eso, desde el principio, he querido asegurarme de que los pacientes que llegan a Tambre se sientan escuchados y acompañados. Así que, cuando veo que podemos ayudar a tantas mujeres que tienen las mismas dudas y preocupaciones que tuve yo, y acompañarlas en lo más bonito que uno puede hacer que es dar vida, me siento gratificada.”

“En mi caso, no encontré acompañamiento, ni nadie que me dijera que todo iba a salir bien. Por eso, en Tambre nos esforzamos en ofrecer un enfoque humanizado y empático. Sabemos lo importante que es sentirse comprendido y apoyado en este viaje hacia la maternidad. Por eso, para mí, este trabajo es verdaderamente gratificante.

Por un lado, me permite ayudar a los pacientes en su camino hacia la maternidad, y por otro, me brinda la oportunidad de contribuir al éxito de una empresa con la ayuda de un equipo comprometido. Además, mi experiencia como paciente de reproducción asistida me proporciona una perspectiva única y una comprensión profunda de las necesidades y preocupaciones de los pacientes.”, continúa.

Inge Kormelink con sus hijos

Inge Kormelink con sus hijos

“Tenemos una deuda pendiente y un objetivo, lograr que la mujer tenga más información sobre su salud reproductiva, y no sólo se hable de contracepción. Desde la Fundación Tambre nos decidimos a informar y educar sobre estos temas. Aunque hemos progresado en áreas como la preservación de la fertilidad, queda mucho por hacer. Informamos a nuestras hijas de cómo no quedar embarazada, pero no de que el reloj biológico tiene un inicio y un fin. Tenemos que asegurarnos de que todas las mujeres accedan a la información necesaria para poder tomar decisiones sobre su fertilidad”, añade la directiva.

“Es cierto que aún hay camino por recorrer, pero en la clínica demostramos que no existen barreras, que somos todos iguales y que se alcanza el éxito gracias al trabajo, el esfuerzo y la formación, y es algo a celebrar. Miro a mis hijas y veo que son capaces de hacer cualquier cosa que se propongan y que son imparables cuando quieren conseguir algo. Y creo que es algo generalizado en la sociedad actual”, sentencia Inge.

Un equipo con un 95% de representación femenina

Sin buscarlo, Tambre tiene nombre de mujer y, de sus 11 médicos, 9 son mujeres. La parte de enfermería es completamente femenina, mientras que en el laboratorio hay 9 mujeres y dos hombres. Y en lo que refiere a los puestos directivos, los ocupan mujeres.

“En Tambre, y es por casualidad, tenemos un equipo de directivas excepcional, formado por mujeres líderes. En cinco años hemos pasado de una clínica en decrecimiento a un referente destacado en el sector. Esto se debe, en gran medida, al gran equipo con el que contamos. Estoy orgullosa de nuestro trabajo y del impacto positivo que hemos logrado en la vida de nuestros pacientes”, apunta Inge. “Como yo, CEO; Laura García de Miguel, directora médica; Ángela Llaneza, directora científica; Susana Cortés, directora del laboratorio; Raquel Parrilla, jefa de recursos humanos; o Elodie Oliveira, directora comercial. Y somos muchas más”, continúa.

Equipo femenino de Clínica Tambre

Equipo femenino de Clínica Tambre

Lo que les impulsa en Tambre es la convicción de que la igualdad y el empoderamiento de las mujeres son fundamentales para crear un mundo más justo, inclusivo y próspero. “Creemos firmemente en el valor y el potencial de cada mujer, y estamos comprometidos en apoyar su crecimiento, sus derechos y sus oportunidades, tanto dentro de nuestra empresa como en la sociedad en general. La lucha por la igualdad de género no es solo una cuestión de justicia social, sino también un motor de progreso para todos”, relata.

Así, Clínica Tambre se convierte en una clínica pionera por la igualdad en el sector sanitario, donde el liderazgo femenino no es solo una realidad, es la norma que marca su día a día. Donde los derechos de las mujeres están por encima de cualquier otra prioridad y el informar a cada mujer que pasa por Tambre, su mejor actuación.

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