Influencers de la felicidad: ¿Por qué está de moda la literatura de autoayuda?

Anoche soñé que no estaba en el cajón. Ni en una cuenta de banco (...) Ni en la familia, ni en la música, ni en un mito (...) Anoche soñé que todo lo que buscamos está, sencillamente, dentro de nuestra cabeza". En esta frase, la artista española Coco Capitán condensa la máxima de la literatura de autoayuda. Seguramente lo hace sin querer; Capitán es más propensa a criticar la obsesión por la felicidad que a abrazarla. Pero, al menos en esto, está de acuerdo con las diez escritoras que posan sonrientes en estas páginas: la clave para ser feliz está dentro de uno mismo.

Profetas para unos y vendedores de humo para otros, los autores en desarrollo personal y profesional se han convertido en una suerte de influencers de la felicidad. En sus libros despliegan sus teorías sobre la plenitud y comparten con sus lectores el secreto para alcanzarla, bien trabajando la psique, bien persiguiendo una carrera brillante. Sus redes sociales aportan la prueba fidedigna de que el método funciona. En sus publicaciones aparecen boyantes mientras firman ejemplares, dando entrevistas en radio y televisión o impartiendo conferencias multitudinarias frente a un público que escucha con devoción. La misma con la que se consumen sus libros que, habitualmente, lucen la flamante pegatina de best seller. ¿Quién no querría descubrir, desde la comodidad de su hogar y en unas páginas, la clave de la auténtica felicidad?

Mayéutica contemporánea

Laura Chica es una de las prescriptoras patrias más exitosas. Psicóloga de formación, ha publicado seis libros: Palabras para encontrarte, ¿Quién eres tú?, Tu futuro es HOY, Pon un coach en tu vida, 365 citas contigo y Una cita contigo cada día: diario a 3 años. El penúltimo "la autoayuda nos impulsa a recuperar nuestro verdadero poder creador".

En la época victoriana, marcada por la abolición de la esclavitud y el auge del libre mercado y el sufragio femenino, el mensaje esperanzador y luchador de Smiles caló hondo. Tanto que, cuando falleció en 1904, había vendido más de 250.000 ejemplares.

Autoayuda no, gracias

A pesar de su larga trayectoria, delimitar esta categoría literaria sigue siendo complicado. ¿Cómo hacerlo si (casi) cualquier libro, independientemente del género, esconde potenciales lecciones? Quizá la clave está en el formato: titular prometedor, lenguaje sencillo y respuestas a grandes cuestiones vitales extraídas de la experiencia personal del autor constituyen la espina dorsal de la autoayuda, orientada, en definitiva, a mejorar tanto en lo personal como en lo profesional.

Recursos humanos, psicología y coaching son las carreras más habituales entre las autoras.

De ahí que este gran paraguas englobe títulos tan dispares como los escritos por las diez protagonistas de este reportaje. Desde El poder de la rendición, de Mónica Fusté hasta Entrena tu cerebro, de Marta Romo. De El pequeño libro que hará grande tu vida, de María Fernández, a Las 12 únicas maneras de captar clientes, de Mónica Mendoza. O desde Quiero paz, de Paz Calap, hasta El mundo cambia, ¿y tú?, de Eva Collado. Todas pertenecen a Alienta, el sello de la editorial Planeta especializado en este sector.

Collado es una de las autoras que no se identifica con la autoayuda. El suyo remarca, es un libro "de empresa". En él, esta experta en la gestión de capital humano con experiencia en el mundo empresarial, ataja un tema candente: la constante mutación del mercado laboral y cómo adaptarnos a ella. Lo hace con "una ruta de claves para ver en este tiempo de cambio una oportunidad y no un problema", explica.

Algo similar le ocurre a Inés Torremocha, psicóloga, coach, y autora de La vida es venta, en el que condensa lo aprendido en sus 25 años en el mundo comercial. Su libro, asegura, "no es estrictamente de autoayuda, sino un manual para maximizar tus resultados en ventas y ponerte en valor". Sin embargo, reconoce que contiene recursos de Inteligencia Emocional "para conseguir una vida personal y profesional plenas" y que, en este sentido,"sí tiene mucho de autoayuda".

Collado y Torremocha son dos de esas autoras que quedan en el limbo literario entre el crecimiento personal y el profesional. Les acompañan, a efectos de este reportaje, Mónica Mendoza y Marta Romo, cuyos textos se orientan respectivamente a convertir al lector en una eminencia de las ventas y a que saque el máximo partido de su capacidad cerebral.

Romo, formada en Pedagogía primero, Recursos Humanos después y, por último, coach (fue de las primeras en acreditarse por la Asociación Española de Coaching Ejecutivo y Organizativo, en concreto, la número 11), no enclava sus libros en ningún género concreto. De hecho, se identifica más con la divulgación científica. Mendoza, psicóloga de formación y comercial de profesión (al igual que Torremocha), sí considera que sus libros mezclan desarrollo profesional y autoayuda.

La línea roja parece estar en la presencia o ausencia de datos que apoyen las experiencias subjetivas de cada autora. "A los psicólogos nunca nos ha gustado que nos incluyeran en el perfil de autoayuda porque tenemos una carrera científica. Pero yo lo entiendo en positivo: autoayuda como la vía para cambiar porque quiero estar mejor", se sincera Laura Chica.

La industria de la automejora

A efectos económicos, la subjetividad no parece ser un problema. La industria de la automejora no para de crecer. Libros, conferencias e incluso cruceros generan cada año beneficios millonarios. (Sí, cruceros. Entre el 3 y el 6 de noviembre de este año, Eva Collado, Laura Chica y el especialista en branding personal Guillem Recolons se embarcan en The Brand Boat, "el crucero de la Marca Personal"). Volviendo a las cifras: en Estados Unidos, en 2016, la autoayuda generó más de 9.000 millones de dólares, según Research and Markets. En 2022, estiman, el sector generará 13.000 millones.

El dinero sale, en su mayor parte, del bolsillo de los jóvenes. Hasta hace poco los Baby Boomers eran su público mayoritario, pero ahora los millennials (autocríticos, frustrados, con altas expectativas y expuestos 24/7 al éxito ajeno) son sus consumidores estrella. En España su auge está inequívocamente ligado a la crisis económica. Como explican desde La Casa del Libro, la sección tuvo un crecimiento muy fuerte entre 2008 y 2009, superando el 30% anual. En 2013, la irrupción del e-book afectó gravemente al mundo del libro. 

Salvo a la autoayuda, que solo sufrió un leve retroceso. Volvió a crecer hasta 2016 y, desde entonces, se mantiene estable con crecimientos moderados. Las autoras también tienen sus teorías acerca del éxito de su sector. Para Inés Torremocha se trata simplemente de una "democratización de la felicidad". 

Ahora, dice, ponemos más el foco "en nuestras fortalezas personales, nuestras habilidades, talentos, y toma de decisiones". Para Paz Calap, el truco está en el formato: "Los libros de autoayuda son cercanos y proporcionan una forma sencilla y útil para crecer personalmente y mejorar". 

Otras, aunque en esa misma línea, se muestran menos optimistas. Mirav Kam- peas-Reiss llegó de Israel hace 18 años huyendo de la violencia. En El pequeño libro de los grandes valores extrae lecciones universales de la experiencia de su abuela, superviviente del holocausto. Para ella, el actual boom de la autoayuda se debe a que, empujados por la presión constante de enriquecernos, buscamos"fórmulas rápidas para mejorar".

El arte de dar respuestas

Más allá del contexto, su popularidad sostenida solo la explicaría una eficacia demostrada. Con tantos seguidores como detractores, hay opiniones para todos los gustos. En los últimos años, algunos psicólogos han llegado a afirmar que la autoayuda tiene efectos nocivos para la salud mental. Su argumento principal es que estos libros nacen casi siempre de historias de catarsis personales que, como tal, no pueden generalizarse.

Como es obvio, las autoras defienden su terreno. "Lo único que importa es que estimule al lector, que le haga más grande", asegura María Fernández. En El pequeño libro que hará grande tu vida comparte mensajes como "La vida te ha dado unos dones. Tuya es la obligación de usarlos". Todos derivan de su experiencia. La suya es, precisamente, una historia de transformación.

Inicialmente, orientó su carrera al turismo. Hace 10 años dejó su trabajo, pidió un préstamo y se lanzó a su verdadera pasión: el coaching. Gracias a ello ha trabajado con personajes públicos y ha participado en proyectos solidarios, como uno de desarrollo personal con niños de Senegal, a quienes enseñaba "a hacerse cargo de su situación y, aun así, brillar": "El objetivo era ayudarles a pensar en grande y a no sentirse víctimas de la vida que les ha tocado vivir", cuenta.

Si bien confía plenamente en que su experiencia avala la valía de su pequeño libro, reconoce que hay una "tiranía" del positivismo. "No se nos permite el duelo, la tristeza", dice. Comparte opinión con Margarita Álvarez, toda una experta en plenitud, quien reconoce que "la felicidad está de moda y eso ha contribuido a que la hayamos banalizado". Lo dice alguien que ha presidido durante 5 años el Instituto de la Felicidad de Coca Cola; es miembro del Consejo Asesor del Centro de Felicidad Nacional de Bután, considerado uno de los países más felices del mundo; y ha escrito Deconstruyendo la felicidad. "La felicidad", sentencia, "no es algo que tengamos que perseguir".

Leer sus historias, por tanto, requiere de espíritu crítico para esquivar la frustración. La cuestión ha sido ampliamente analizada por científicos. En 2015 la Universidad de Montreal (Canadá) lanzó la investigación Libros de autoayuda: ¿lectores estresados o lecturas estresantes?

La industria de la autoayuda genera cada año beneficios millonarios a pesar de la crisis del papel

Los investigadores reclutaron a 30 participantes: la mitad de ellos no consumían libros de autoayuda y la otra mitad lo hacía frecuentemente. Este último grupo fue dividido, a su vez, en quienes preferían lecturas que atajaban un problema concreto y quienes gustaban de leer textos generales sobre crecimiento personal o profesional. Los resultados determinaron que los lectores mostraban más síntomas depresivos o tendencia a padecerlos y mayores niveles de estrés que los no lectores. Sin embargo, no se pudo comprobar si esos síntomas derivaban del consumo de autoayuda o si, por el contrario, eran los síntomas, ya presentes, los que inducían al consumo.

La carencia de base científica y la incapacidad de demostrar resultados son las grandes críticas que caen sobre la autoayuda. Las autoras contestan: la eficacia de cada libro reside en que genere un cambio. Su lectura ni provoca el desengaño ni lo cura. Eso, como el propio libro, queda en manos del lector.