Super/Man: La historia de Christopher Reeve, el esperado documental sobre la vida del actor que interpretó al hombre de acero y que luego se convirtió en un símbolo de resiliencia y activismo social tras su parálisis, ha sido estrenado esta semana en los cines estadounidenses, coincidiendo con el que hubiera sido el 72º cumpleaños de Reeve.
A las pantallas españolas llegará también dentro de poco, el 10 de octubre, fecha que coincide con el 20º aniversario del fallecimiento del intérprete. Y los que se están volcando con la promoción son sus tres hijos, que han participado activamente en la producción del documental: Matthew, Alexandra y Will.
Los dos primeros, que tienen ahora 44 y 40 años, respectivamente, son fruto de la relación intermitente –entre medias su padre tuvo un idilio con Jane Seymour, con quien coincidió en En algún lugar del tiempo– que tuvo Christopher con la agente de modelos británica Gae Exton, a quien conoció antes de saltar a la fama mundial, mientras rodaba en Inglaterra las dos primeras entregas de Superman a finales de los 70. No llegaron sin embargo nunca a casarse –Reeve creció traumatizado por el divorcio de sus padres– y se separaron tras llegar a un acuerdo amistoso en 1987, por el que Exton –quien participa asimismo en el documental tras muchos años alejada de la luz pública– se quedó con la custodia de los dos hijos en Londres mientras su padre vivía en Nueva York.
Ambos nacieron en la capital británica y Matthew es, entre otras cosas, guionista de cine y televisión; mientras Alexandra, que se licenció en Derecho en la Universidad de Columbia y trabajó en el Senado de Estados Unidos, actualmente dirige el Center for Democracy & Technology, una organización no partidista y sin ánimo de lucro que se centra en defender y proteger las libertades civiles en la era tecnológica.
El que tiene un perfil más público es William Elliot "Will" Reeve, el menor de los tres, que nació en 1992 y es el único que lo hizo a raíz del matrimonio de Christopher con la cantante y actriz Dana Reeve (de apellido Morosini de soltera), quien se volcó con su marido tras el accidente de equitación que le dejó paralítico de cuello para abajo hasta su muerte en 2004 (juntos pusieron en marcha una fundación, Christopher & Dana Reeve Foundation, que sigue a día de hoy haciendo una labor clave en la investigación de tratamientos y posibles curas para las parálisis causadas por lesiones en la médula espinal).
Solo diez meses después del fallecimiento de su pareja, en agosto de 2005, Dana anunció que padecía un cáncer de pulmón a pesar de no haber fumado nunca en su vida. Menos de un año después, en marzo de 2006, falleció en Nueva York con 44 años, dejando su hijo Will huérfano cuando apenas había entrado en la adolescencia ("Ese fue el momento en el que me di cuenta de que estaba completamente solo", confiesa él en el nuevo documental).
La familia más cercana que este tenía eran sus hermanastros, pero vivían lejos de él y de su entorno en Bedford, la localidad neoyorquina donde creció practicando todo tipo de deportes (lo último que hizo su padre antes de morir fue presenciar uno de sus partidos de hockey). Por ello, su madre lo dejó todo arreglado antes de fallecer para que Will se quedara a vivir en casa de unos vecinos y amigos de la familia, y así no tuviera que cambiar de colegio ni sufrir más cambios sustanciales en su vida después de perder a sus dos padres en un corto espacio de tiempo.
“Aunque no pude estar mucho tiempo junto a mis padres, ellos me criaron de una manera muy normal y humana, para que tuviera los pies en la tierra y me pudiera enfrentar a todos los obstáculos que te plantea la vida”, dijo recientemente Reeve a USA Today. “El dolor es permanente, pero la sanación es posible… Puede que mis padres ya no estén, pero serán siempre recordados”.
Su padre lo dirigió
Will hizo sus pinitos en el mundo de la actuación de pequeño, cuando su padre contó con él para pequeños papeles en algunas películas que dirigió para la televisión, como In the Gloaming, en la que participaba Glenn Close, o The Brooke Ellison Story. Y pronto, ya con 32 años, le volveremos a ver en otra película con mucha carga simbólica: la nueva adaptación cinematográfica de Superman dirigida por James Gunn, que llegará a los cines el año que viene.
En ella Reeve tendrá un pequeño cameo y en una entrevista para People ha alabado al actor que se enfundará ahora el traje con la ‘S’ en el pecho que llevó su padre en su momento: “Creo que han encontrado uno bueno en David [Corenswet]”.
Sobre su aparición no puede desvelar mucho dado el secretismo que rodean a este tipo de proyectos, pero sí que ha trascendido que hará de reportero de televisión, algo que no es ajeno a él porque es precisamente a lo que se dedica profesionalmente.
Sí, Will Reeve es, al igual que Clark Kent en la ficción, periodista, aunque en su caso prefirió trabajar para la pequeña pantalla antes que para un periódico como el Daily Planet. Empezó su carrera hace diez años, de becario en 2014 en el conocido programa Good Morning America, para luego ejercer de periodista deportivo para ESPN, dando rienda suelta a la pasión por los deportes que heredó de su padre (tampoco se le escapa a nadie que ha heredado el físico de su progenitor).
Entrevistó al príncipe Harry
Actualmente es corresponsal en Nueva York para ABC News y ha sido nominado a un Emmy por su cobertura de los incendios forestales de California de 2019 (hace solo unos días le pudimos ver precisamente en la alfombra roja de los premios televisivos estadounidenses entrevistando a estrellas). También fue el primer periodista que consiguió hablar con el príncipe Harry después de que su padre, el rey Carlos III, fuera diagnosticado de cáncer.
En lo personal, Will no está casado pero sí lleva tiempo en una relación con la organizadora de eventos Amanda Dubin, quien sube fotos de ellos dos juntos con frecuencia a su cuenta de Instagram. Y, al igual que sus hermanastros, es miembro de la junta directiva de la Christopher & Dana Reeve Foundation, continuando la importante labor filantrópica de sus padres.
“Mi padre era Christopher Reeve, quien sufrió una lesión en la médula espinal en 1995 y dedicó los últimos nueve años de su vida a luchar por encontrar una cura para la parálisis”, dijo Reeve para introducir un segmento que presentó el año pasado para Good Morning America, en el que entrevistó a un hombre paralizado de cintura para abajo que había podido volver a caminar gracias a un tratamiento experimental relacionado con la inteligencia artificial. “Por muchas razones, me encantaría que él estuviera hoy aquí, para que viera lo lejos que la investigación ha llegado”.
