De la sopa favorita de la reina Victoria “con doble dosis de nata” al postre que fascina a Carlos III: el hijo de Camilla desvela los platos favoritos de la familia real

Cooking and The Crown, escrito por Tom Parker Bowles, hijo de la reina consorte, contiene todas las recetas predilectas de realeza inglesa.
Elizabeth II
Les plats préférés de la famille royale selon le fils de la reine Camilla.Anwar Hussein/Getty Images

El palacio de Buckingham es el paraíso de los paladares más exquisitos. A la familia real británica le encanta una buena comida, y a veces son los platos clásicos los que triunfan en sus banquetes. Tom Parker Bowles, hijo de la reina Camilla, ha publicado Cooking & The Crown [La cocina y la Corona], editado por Aster, en el que desvela los platos que más gustan al rey Carlos III y a toda su familia.

En su libro, este reputado crítico gastronómico ha incluido incluso el paso a paso de las recetas favoritas de la Corte. El primero de la lista es el potage parmentier, una sopa de patatas y puerros, el plato favorito de la reina Victoria, que figuraba en el menú de la cena en honor de su Jubileo de Diamante, el 22 de junio de 1897. ¿El detalle que marca la diferencia? Una doble dosis de nata y unos picatostes crujientes. El siguiente es el costillar de cordero asado, el favorito de la reina Isabel II. En su libro, el crítico gastronómico británico recomienda "fundir toda la grasa durante la cocción para obtener una corteza crujiente".

La becada escocesa también es muy apreciada por los exigentes paladares de la familia real británica. Este clásico plato salado, que se puede encontrar tanto en el comedor de palacio así como en los clubes de caballeros, era una de las recetas favoritas de la difunta reina Isabel. Consiste en una tostada a la plancha untada con Gentleman's Relish, un preparado a base de anchoas, cubierta con huevos revueltos cocidos con sal y pimienta y servida con dos anchoas. Otra de las recetas destacadas es el pollo a la danesa (preferiblemente servido con fideos, aunque también se pueden utilizar tallarines), que era el plato favorito de la reina María de Escocia. Indispensables en el menú royal son la de las galletas de queso: aperitivos salados hechos con queso y romero fresco finamente picado que pueden conservarse en un recipiente hermético hasta cuatro días.

Sin duda, a lo largo de los siglos ha habido muchos paladares golosos en palacio, y el rey Carlos III se cuenta entre ellos. Al soberano le fascina el Bara brith o pan dulce galés, un bizcocho con infusión de té al que se le añade un poco de mantequilla o mermelada. Es el complemento perfecto para el famoso té de la tarde. Otro de los postres que nunca faltan en un buen banquete: la tarta de limón y merengue. En la corte, todo el mundo la pide.

Artículo publicado por ‘Vanity Fair’ Francia. Accede al original aquí.