Una casa de Londres construida al más puro estilo británico
Un hogar construido al más puro estilo británico, pero decorado con detalles procedentes del otro lado del Atlántico. Así es el escenario londinense que se ha construido la diseñadora y decoradora Abigail Ahern para vivir con su marido y sus dos perros.
Cuando se entra a esta casa de estilo victoriano situada en Dalston, en el (ahora) muy trendy este de Londres, uno no espera encontrarse con tantas reminiscencias a los hogares neoyorquinos más chics.
Decoración
Los perfumes de hogar permiten crear (y decorar) climas en todas las habitaciones (y son un acierto)
Isabel Vaquero
A medio camino entre el boho y el estilo glamuroso norteamericano, el espacio en el que vive la decoradora Abigail Ahern solo puede definirse como un lugar ecléctico donde se mezclan diferentes estilos de manera creativa consiguiendo transportar a sus visitantes a la Gran Manzana sin salir de la capital británica.
La casa fue decorada en su totalidad por Abigail, siguiendo su premisa de comprar únicamente aquello que se ame, aunque no se sepa en un principio qué hacer con ello. Así se consigue construir un espacio en el que cada elemento, desde los cuadros hasta las esculturas, pasando por los muebles y los más inesperados detalles, sorprenden y agradan al mismo tiempo.
Juego de texturas en la casa de Londres
Situada en una de las zonas de mayor caos de Londres, Abigail ha sabido crear en su hogar un pequeño refugio de paz en el que se respira una atmósfera relajada que rebosa encanto.
La principal fuente de inspiración fueron los años que la interiorista pasó viviendo en Manhattan, por lo que priman las oscuras paredes, basadas en una paleta de tonos grises, que conviven con ásperos muros de ladrillo, aportando un toque industrial.
Pero esta sobriedad contrasta con la mezcla que recubre la estructura, ya que los elementos decorativos y los muebles, auténticas obras de arte y piezas vintage, aportan un toque pop y algo kitsch al espacio gracias a su colorido.
El minimalismo no existe en el universo de Abigail Ahern. Jugando con piezas florales, esculturas con forma de animales y muebles con volúmenes sorprendentes, la decoradora ha creado un lugar en el que conviven mezclas inesperadas de texturas –como madera y terciopelo, o metal y lana–, colores contrarios y diferentes estilos, pero de cuya mezcla se obtiene el sello único y personal que da carácter a una casa.
En el comedor, una gran chimenea recubierta de ladrillo preside la estancia. De entre los muebles, todos vintage, destaca la lámpara de pie con forma de flexo, y en primer plano, una versión en amarillo de la silla DSW de los Eames.
Figuras decorativas con forma de animal, como esta lámpara-perro, invaden toda la casa. Se combinan con otros elementos creando el estilo único y personal que buscaba Abigail.
Decoración
Una casa low cost, pero de lujo, decorada con un presupuesto limitado
Blanca J. de la Hoz
Una gran lámpara chandelier preside el baño junto a otros elementos blancos de estilo clásico, como la bañera, que contrastan con el gris del suelo y las paredes. Los accesorios son de Abigail Ahern.