Marie Claire

Un viaje hasta el Lago Inle: qué ver en este paraíso de Myanmar, una de las joyas del Sudeste Asiático

En el centro de Myanmar, la etnia birmana de los Inthas ha domesticado durante siglos las aguas del Lago Inle, el corazón místico del país y uno de sus tesoros más codiciados.

En el centro de Myanmar, la etnia birmana de los Inthas ha domesticado durante siglos las aguas del Lago Inle, el corazón místico del país y uno de sus tesoros más codiciados.

Creado:

Actualizado:

En un pliegue de las montañas del estado de Shan, un territorio de suelo rico y rojizo, decenas de ríos caen en cascada por las laderas, alimentando un extraño lago de riberas borrosas. 

A lo largo de ese corredor azul, de cerca de 20 km, abunda una frondosa vegetación que desborda el litoral y llega casi hasta el centro del lago. 

Cientos de canoas navegan por él abriéndose camino entre cortinas de cañas y jacintos de agua que a veces parecen disfrutar de obstaculizar la navegación. Miles de cultivos vegetales ingeniosamente plantados en jardines y huertos flotantes, además de las anchas hojas de la flor de loto sagrado, que se agitan a voluntad, acentúan la confusión.

Canoa en el Lago Inle

Canoa en el Lago InleLeroux Vincent

Las casas de los pueblos ribereños se alzan sobre pilotes, al igual que los monasterios y las pagodas que engalanan las orillas, de norte a sur.

¿Cómo se explica la fascinación del Lago Inle? Se considera el último espejismo de los viajeros que quieren descubrir la eterna Birmania, esa que la Junta Militar rebautizó como Myanmar en 1989. Para los espíritus benéficos que, según la leyenda, rondan sus costas, estos nuevos exploradores vienen a absorber su sabiduría. Así es también para sus habitantes, los Inthas o "hijos del lago", cuya gracia, tan budista como imperturbable, calma el tumulto de turistas. 

Lago Inle

Lago InleLeroux Vincent

Extranjeros extasiados y locales en plena faena laboral se embarcan en los 'long tail boats', enormes piraguas a las que se les ha añadido un motor fuera borda. 

Nada ha cambiado realmente en estos lugares bendecidos por Buda, incluso cuando las turbulencias políticas reemplazaron en 2012 la dictadura por una transición democrática, encabezada por la legendaria activista de los derechos humanos, Aung San Suu Kyi.

Estupa construida en el Lago Inle

Estupa construida en el Lago InleLeroux Vincent

En el siglo XII, estos hijos del lago, del que hoy se han convertido en amos, fueron esclavos exiliados por el rey birmano Alaungsithu para construir verdaderos bosques de estupas (en su honor y en el de Buda) en sus riberas.

Aunque hoy en día muchos de estos relicarios han sido abandonados a la voracidad de la selva, carcomidos por las plantas trepadoras, siguen exhibiéndose tan orgullosos como la vida acuática cotidiana que les rodea.

Lago Inle

Lago InleLeroux Vincent

En ese espectáculo, las estrellas son los pescadores acróbatas, que capturan en sus nasas tradicionales a las pequeñas carpas nga phein, endémicas del lago, así como a las tilapias, una voraz especie invasora importada de África. 

Poco a poco, estos peces que se alimentan de basura van colonizando el lago poco profundo, que corre un gran peligro de ser contaminado por los fertilizantes utilizados para el lucrativo cultivo de tomates, en auge en la zona.

Antiguos esclavos en tierra, los Inthas han reencontrado la libertad en el agua. Cada vez viven mejor, siempre atentos en su nuevo papel de anfitriones, sin dejar de prosperar. 

Frente a los encantos de este mundo líquido nacido de su imaginación, su única dependencia es mística.

tracking

No te pierdas...